Aproximadamente por estas fechas hace un año, iniciaba el que yo no sabía que sería mi penúltimo vuelo a Madrid desde Santiago de Chile. Cómo ha llovido desde entonces. Poco después (cosa de dos meses) escribía el post inmediatamente anterior al que estáis leyendo y desde entonces, apagón. Hasta ahí los hechos.
Lo primero que quiero es pediros disculpas por haberos tenido abandonados durante este periodo de tiempo. No es la primera vez que estoy un tiempo considerablemente largo sin escribir, pero esta vez yo me había comprometido conmigo mismo y con el Blog en revitalizarlo de alguna manera y al fallarle, siento que os he fallado a vosotros, a los lectores, que increíblemente seguís acudiendo una y otra vez a los posts ya escritos. Cuando empecé esta aventura, nunca supuse que este tema despertara tanto interés.
En toda disculpa que se digne a serlo, debe estar implícita una explicación. La mía no es otra que el cambio ha sido duro y difícil. Mucho. Sorprendemente difícil. En lo profesional, haciéndote a nuevas formas y culturas de trabajo a las que ya no estabas acostumbrado y en lo personal, en lo complicado que es sentirte un poco extraño en tu ciudad, algo más lejos de tu gente, aunque ahora, con el tiempo, ese efecto se ha ido diluyendo. En ambos aspectos.
Lo primero que quiero es pediros disculpas por haberos tenido abandonados durante este periodo de tiempo. No es la primera vez que estoy un tiempo considerablemente largo sin escribir, pero esta vez yo me había comprometido conmigo mismo y con el Blog en revitalizarlo de alguna manera y al fallarle, siento que os he fallado a vosotros, a los lectores, que increíblemente seguís acudiendo una y otra vez a los posts ya escritos. Cuando empecé esta aventura, nunca supuse que este tema despertara tanto interés.
En toda disculpa que se digne a serlo, debe estar implícita una explicación. La mía no es otra que el cambio ha sido duro y difícil. Mucho. Sorprendemente difícil. En lo profesional, haciéndote a nuevas formas y culturas de trabajo a las que ya no estabas acostumbrado y en lo personal, en lo complicado que es sentirte un poco extraño en tu ciudad, algo más lejos de tu gente, aunque ahora, con el tiempo, ese efecto se ha ido diluyendo. En ambos aspectos.
La verdad: no estoy tasando. Sigo relacionado con las tasaciones pero a otro nivel. Nivel operativo.
Cuando alguien me ha preguntado (dos o tres veces a lo sumo) qué hace falta para escribir un blog, yo siempre he contestado, entre otras cosas, que hablar de lo que uno sabe. Que ahí fuera hay gente muy buena haciendo lo mismo que tú y mejor que tú y que mejor no pasarte de listo. Eso me ha creado un conflicto interno, tengo que reconocer, porque la verdad es que yo, ya no taso. Ni valoro, como hacía en Chile. Mi carrera me ha llevado a una faceta profesional que cuando llegué a España sabía que me iba a dar problemas, porque ya lo había tocado, que me los dió, pero que se ha convertido en motivo de orgullo y satisfacción, como diría Su Majestad, para mi sorpresa. ¿Quién me lo iba a decir...? Así que si no taso ni valoro, ¿cómo puedo seguir con este Blog?
Estoy metido en Operaciones. Tengo que hacer lo que pueda para asegurar que el flujo del proceso desde que el tasador envía su informe hasta que le llega al cliente corra sin interrupciones importantes. En concreto, me dedico a llevar al equipo de supervisión de la compañía. Así que sí que tengo que ver con la tasación, pero desde otro ángulo. Ya no estoy en terreno (hace años que no estaba), sino que veo la tasación desde sus tripas. Desde dentro del negocio. Porque la tasación es una industria. Y está bien que sea así.
Me dedico a analizar las necesidades de mi empresa, en su patita de Tasaciones; a estudiar los procesos, los plazos, a medir (que sabéis que me encanta), a alinear esas necesidades con las del cliente (que siempre son dos: calidad y plazo) y pulir, corregir y enmendar lo que sea que nos esté impidiendo cumplir. Y vuelta a empezar, porque esto no se acaba nunca (algo que uno tiene que aprender también o se encuentra llevando el trabajo a casa y respondiendo mails a las dos de la mañana).
Así que de aquí a un tiempo indefinido, mis posts van a tener que ver más con otras cosas que con la tasación en sí. Siempre van a estar referenciados a la tasación, que es el mundillo en el que me muevo, pero voy a hablar de cosas distintas, desde el enfoque interno de la compañía. De cómo funcionan las empresas, de las herramientas que tenemos que usar, de las que nos gustaría usar, de la gestión de equipos, de personas y recursos, de liderazgo. De todas esas cosas que pasan tras bambalinas y que uno da por sentado que siempre van a funcionar, pero no se da cuenta de que conllevan muchísimo trabajo para que funcionen.
Si solo te interesa la tasación, ya te digo que de aquí en adelante poco vas a encontrar en Blog de Tasadores, pero si lo que quieres es entender mejor este mundo, esta industria o sector y ver más allá de la valoración, o la tasación, sí que puedo ofrecerte cosas. Yo creo que va a ser interesante. Y debe ser así, porque cuanto más entiendas las necesidades de tus clientes (y para un tasador externo, las sociedades de tasación son sus clientes), mejor producto podrás ofrecer.
¿Te quedas?