martes, 9 de agosto de 2011

En el ojo del huracán

Estamos en mitad de la tormenta perfecta. Tormenta financiera. Se me entoja este agosto como el ojo del huracán, donde dicen que brilla el sol y hay calma, pero es calma tensa porque se sabe que se está rodeado por muros de viento que antes o después acabarán golpeándonos. Como no somos adivinos y no sabemos lo que pasará (nadie lo sabe, no os creáis) no vamos a intentar jugar al futuro para lanzar profecías al vuelo, pero sí analizar lo que está pasando en España y en Europa.

Ya sabréis que el Banco Central Europeo se ha puesto a comprar deuda española como una bestia para evitar lo que no interesa a nadie, que España sea intervenida. España es, o solía ser, la tercera o cuarta economía de la Unión Europea. Esto es mucha economía para dejarla caer. Se llevaría por delante al resto de las economías. Pero ¿qué significa todo esto? ¿Se puede explicar en términos llanos? Espero poder lograrlo, porque si no, estaría perdiendo el tiempo en esta escritura, ya que no sabría explicarlo de otra manera.

Un país emite deuda para poder financiarse. Yo, España, necesito dinero para cumplir con las promesas que han hecho mis políticos y no tengo. Pero mi economía funciona. Voy a pedir prestado a mis colegas los inversores (ahora son colegas, más adelante serán especuladores despiadados). A cambio, prometo darles en el futuro lo que me han dejado más un porcentaje. Dicho y hecho. España ya puede gastarse el dinero. Ese porcentaje se negocia. Es el precio de la deuda. Si los que van a comprar consideran que hay poco riesgo de que yo, España, les devuelva el dinero, la deuda tendrá un precio bajo, y vicevera. Si su apreciación es negativa, me exigirán más: "oye, que te dejo el dinero, pero me ha dicho Eseypé, que nos conoce a todos, que no te van bien las cosas y que es arriesgado dártelo, así que como me la juego más, quiero más en compensación". El sitema mola porque cada cual consigue lo que quiere, pero llega un punto en el que si se ha vendido la deuda muy cara, pagar lo que se debe es prácticamente imposible. Tardaríamos años y años y décadas en pagar. Con lo que el riesgo de no devolver sube, y ¿sabéis lo que pasa? Exactamante: sube el precio. Pescadilla que se muerde la cola.

Llega un punto en el que los inversores, ahora convertidos en especuladores malvados, nos exigen cosas para darnos su dinero. España, te damos el dinero pero tienes que: a) rebajar gastos en tal y cual punto; b) aumentar ingresos mediante tal o cual impuesto; c) otros. Yo, España, ya no puedo hacer lo que me plazca, y mis políticos se ven obligados a marcar reglas que vienen de fuera. Pero sigo teniendo dinero.

Ahora es el Banco Central Europeo quien compra deuda. Y lo hace exigiendo medidas. En teoría, no hay intervención. En la práctica, la llevamos viviendo desde hace mucho vía Alemania y Francia. El gobierno socialista jamás hubiese adoptado medidas como el retraso de la jubilación y más recortes, completamente contrarias a sus políticas tradicionales si no fuese por ese intervencionismo.

La parte buena, es que ese intervencionismo es a favor de una política económica común en Europa, lo que da sentido a su moneda común. Reconozcamos que esto era el cachondeo padre. Un Banco Central pero 27 políticas diferenciadas. Si cuando los ingleses dijeron "no" al Euro, era por algo. Lo malo es que ya no tenemos soberanía. Pero cuando escasea el pan en el plato, ¿qué más me da de dónde llegan las leyes...?

Y si vamos hacia la unificación de las políticas económicas por la fuerza, una de ellas ha de ser la inmobiliaria. Creo firmemente, como ya he expuesto en otros posts al respecto, que nuestra normativa sobre valoración es de las más completas y exigentes del mundo. Pero desgraciadamente, ante el boom incontrolado que hemos sufrido y los excesos que hemos vivido, va a ser difícil defenderla ante nuestros socios europeos. Y menos cuando España no está en condiciones de exigir nada, que ya sabéis que la deuda es cara.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Reconocer que estamos en el centro del huracán, es reconocer que por lo menos nos queda otra tanda de vendavales y tormentas que afrontar. Debemos intentar que pase lo más rápido posible.
    Un saludo.

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  2. No creo que sea facil salir pero lo mas jod.... de todo es que la culpa de todo nos la pasan a las inmobiliarias y a los peritos, nadie se acuerda del Banco

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