Desde hace algún tiempo vengo oyendo hablar de las famosas Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, o las SOCIMI, como se la conoce mejor. Aquí en el blog ya hemos hablado un poco de ellas, y tenéis mil artículos más donde podréis ver que se trata de una magnífica opción para hacer más transparente al mercado inmobiliario (aquí tenéis un montón de artículos de José Luis Ruiz Bartolomé sobre ellas) y otros tantos donde se dice que es una magnífica opción fiscal. También es cierto que tienen varios inconvenientes, sobre todo a la hora de su formación, y que son instrumentos aún por pulir y necesitan reformas, pero nada de ello es de lo que quiero trataros ahora.
Tengo un amigo que está buscando casa para alquilar, y ha pensado que, como el mercado le tiene despistado, le acompañe a ver alguna de las casas que tiene seleccionadas para que yo le aconseje si el precio que le piden es realista o no. En una de las visitas quedamos con una señorita muy amabale en la entrada del inmueble, justo antes de las zonas comunes, y mientras pasábamos al lado de la piscina, nos entregó una tarjeta en la que pude ver que trabajaba para una SOCIMI. Era la primera vez que me encontraba con una y me llamó la atención. La pregunté por ello, pero para ella, eso solo era parte del nombre de su empresa. Creo que nunca se ha debido preguntar sobre el significado de esas letras. Ella era una comercial, y muy buena. Nos enseñó unas cuantas casas disponibles que tenían en el bloque, pisos de reciente construcción, muy monos y bastante bien de precio, y cuando salimos, tras despedirnos de la señorita, le recomendé a mi amigo que lo descartara y siguiera buscando.
Una vez estuve solo, comencé a pensar en lo duro que son los comienzos para cualquier cosa que hagas. Y las SOCIMI en España están en pañales. Estas empresas van a tener como principal activo un parque de viviendas para alquilar. Así van a funcionar, ese va a ser su producto. Y por lo que he podido ver (que ha sido poco, pero revelador), tienen mucho que aprender sobre su producto y sobre el nicho de clientela al que pretenden llegar. Me da la sensación de que nadie que trabajara en la SOCIMI en la que trabaja la señorita que nos enseñó el piso tan amablemente, ha alquilado una casa en su vida. Es difícil vender algo cuando nunca lo has necesitado.
El motivo por el que le dije a mi amigo que descartara la casa no tenía nada que ver con el alquiler que le habían ofertado, que era razonable, ni con las calidades constructivas de los pisos, que no eran malas y estaban bien ejecutadas. El problema era una cosa en la que cualquiera que ha buscado piso de alquiler alguna vez, es en lo primero que se fija: la casa no tenía electrodomésticos, ni siquiera frigorífico, ni te daban la opción de colocarlos, así que correrían a cargo del inquilino.
Veréis por qué considero eso un fallo en una SOCIMI: si la empresa va a tener como activo pisos en alquiler, es necesario que esos pisos estén adaptados a las necesidades de los futuros inquilinos. Mucha gente busca piso porque no puede acceder a una vivienda comprada, pero mucha más, simplemente está de paso. ¿Quién va a comprar una nevera si quizá en un año o dos se tenga que marchar? ¿Acaso espera la SOCIMI que el inquilino la pague y luego la deje allí a disposición del siguiente que entre en la casa? ¿Esa es la táctica? Creo que quien gestione esa empresa, aún tiene incrustrada la mentalidad del boom del ladrillo: "esto se vende solo". Pues me parece que no van por ahí los tiros y que estamos tropezando en la misma piedra de nuevo.
Si yo estuviera al cargo del producto de una SOCIMI, es decir, de los pisos en alquiler, dependiendo de dónde estuvieran y de sus características, estudiaría MUY BIEN y detenidamente las posibilidades de cada uno de mis pisos, a quién les puede interesar, qué tipo de inquilino deseo, en qué valor son asequibles y obraría en consecuencia: algunos los amueblaría (algunos con simples y estupendos muebles de IKEA y otros con muebles de diseño), otros los dejaría sin amueblar, pero serían los menos, y tendría siempre previsto un almacén por si a un futuro inquilino le interesa uno de mis pisos, pero sin muebles y hay que moverlos; tampoco me ofertaría en el mismo sitio para todos mis pisos, sino que iría a determinados medios (se me ocurre que un piso de lujo puede tener otras vías de publicitarse más exclusivas que los pisos normales). En definitiva: trataría mis pisos con el máximo cariño y respeto, porque os puede parecer una chorrada, pero después de haber visto unos cuantos ya durante mi vida profesional, os aseguro que se nota mucho en qué pisos se ha puesto cariño y en cuales no. Los sastres empezaron a ofertar trajes a medida porque la gente los demandaba y porque el que se pone un traje a medida nota la calidad del trabajo del fabricante. Si ahora va a haber un montón de gente demandando pisos en alquiler, creo que la palma se la llevará quien oferte "pisos a medida", para lo que hay que estudiar muy bien el "target", la clientela. Me parece a mí que el "esto se vende solo" ha pasado a mejor vida. Aunque puedo estar equivocado...
Tengo un amigo que está buscando casa para alquilar, y ha pensado que, como el mercado le tiene despistado, le acompañe a ver alguna de las casas que tiene seleccionadas para que yo le aconseje si el precio que le piden es realista o no. En una de las visitas quedamos con una señorita muy amabale en la entrada del inmueble, justo antes de las zonas comunes, y mientras pasábamos al lado de la piscina, nos entregó una tarjeta en la que pude ver que trabajaba para una SOCIMI. Era la primera vez que me encontraba con una y me llamó la atención. La pregunté por ello, pero para ella, eso solo era parte del nombre de su empresa. Creo que nunca se ha debido preguntar sobre el significado de esas letras. Ella era una comercial, y muy buena. Nos enseñó unas cuantas casas disponibles que tenían en el bloque, pisos de reciente construcción, muy monos y bastante bien de precio, y cuando salimos, tras despedirnos de la señorita, le recomendé a mi amigo que lo descartara y siguiera buscando.
Una vez estuve solo, comencé a pensar en lo duro que son los comienzos para cualquier cosa que hagas. Y las SOCIMI en España están en pañales. Estas empresas van a tener como principal activo un parque de viviendas para alquilar. Así van a funcionar, ese va a ser su producto. Y por lo que he podido ver (que ha sido poco, pero revelador), tienen mucho que aprender sobre su producto y sobre el nicho de clientela al que pretenden llegar. Me da la sensación de que nadie que trabajara en la SOCIMI en la que trabaja la señorita que nos enseñó el piso tan amablemente, ha alquilado una casa en su vida. Es difícil vender algo cuando nunca lo has necesitado.
El motivo por el que le dije a mi amigo que descartara la casa no tenía nada que ver con el alquiler que le habían ofertado, que era razonable, ni con las calidades constructivas de los pisos, que no eran malas y estaban bien ejecutadas. El problema era una cosa en la que cualquiera que ha buscado piso de alquiler alguna vez, es en lo primero que se fija: la casa no tenía electrodomésticos, ni siquiera frigorífico, ni te daban la opción de colocarlos, así que correrían a cargo del inquilino.
Veréis por qué considero eso un fallo en una SOCIMI: si la empresa va a tener como activo pisos en alquiler, es necesario que esos pisos estén adaptados a las necesidades de los futuros inquilinos. Mucha gente busca piso porque no puede acceder a una vivienda comprada, pero mucha más, simplemente está de paso. ¿Quién va a comprar una nevera si quizá en un año o dos se tenga que marchar? ¿Acaso espera la SOCIMI que el inquilino la pague y luego la deje allí a disposición del siguiente que entre en la casa? ¿Esa es la táctica? Creo que quien gestione esa empresa, aún tiene incrustrada la mentalidad del boom del ladrillo: "esto se vende solo". Pues me parece que no van por ahí los tiros y que estamos tropezando en la misma piedra de nuevo.
Si yo estuviera al cargo del producto de una SOCIMI, es decir, de los pisos en alquiler, dependiendo de dónde estuvieran y de sus características, estudiaría MUY BIEN y detenidamente las posibilidades de cada uno de mis pisos, a quién les puede interesar, qué tipo de inquilino deseo, en qué valor son asequibles y obraría en consecuencia: algunos los amueblaría (algunos con simples y estupendos muebles de IKEA y otros con muebles de diseño), otros los dejaría sin amueblar, pero serían los menos, y tendría siempre previsto un almacén por si a un futuro inquilino le interesa uno de mis pisos, pero sin muebles y hay que moverlos; tampoco me ofertaría en el mismo sitio para todos mis pisos, sino que iría a determinados medios (se me ocurre que un piso de lujo puede tener otras vías de publicitarse más exclusivas que los pisos normales). En definitiva: trataría mis pisos con el máximo cariño y respeto, porque os puede parecer una chorrada, pero después de haber visto unos cuantos ya durante mi vida profesional, os aseguro que se nota mucho en qué pisos se ha puesto cariño y en cuales no. Los sastres empezaron a ofertar trajes a medida porque la gente los demandaba y porque el que se pone un traje a medida nota la calidad del trabajo del fabricante. Si ahora va a haber un montón de gente demandando pisos en alquiler, creo que la palma se la llevará quien oferte "pisos a medida", para lo que hay que estudiar muy bien el "target", la clientela. Me parece a mí que el "esto se vende solo" ha pasado a mejor vida. Aunque puedo estar equivocado...
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