
¡¡¡Feliz año 2011!!!

De repente, se acaba el mundo. De repente, como todos los años, claro. Pero este año, además del apocalíptico fin del mundo de todos los años, se acaba algo más. Se acaban las buenas condiciones de las hipotecas, se endurece el préstamo, se ancarece y los bancos ya no quieren dar dinero. Y el Gobierno dice que, además, no da ventajas fiscales desde el 1 de enero del 2011 a la compra de vivienda.
Nuestro trabajo, el de tasador, consiste en valorar activos inmobiliarios o bienes raíces o como los queráis llamar. Realizamos un trabajo que técnicamente requiere cierta preparación específica y nos pagan por ello. La entidad de la que cobramos es una empresa tasadora (aquí en España, además debe estar homologada por el Banco de España) y ahí se establece una relación tasador - empresa tasadora en la que la balanza siempre, y digo siempre, sin temor a equivocarme, sale beneficiada la empresa.
Hace unas semanas asistí, en la Fundación Rafael del Pino, a la presentación de un informe de AT Kearney sobre las macrotendencias que influirán en el nuevo orden mundial previsto en el medio plazo.No es difícil percatarse de que nos encontramos en un entorno caracterizado por un alto grado de complejidad e inmerso en continuas transformaciones con una evolución imprevisible. El informe presentado identificaba cinco fuerzas como las responsables de los cambios disruptivos que se producirán en el mundo:
1. Población
El movimiento poblacional se basará, por una parte, en la superpoblación de las ciudades, con la criticidad en infraestructuras y servicios que esto supone, y por otra, en el envejecimiento de la población.
2. Recursos
La clave de la sostenibilidad se encontrará en el equilibrio entre el consumo de energía, de alimentos y de agua, adquiriendo esta última una creciente importancia para la estabilidad del orden mundial.
3. Globalización de la economía
El mundo ya no es lo que era, y las empresas han de ser conscientes de que se producirá una explosión de nuevos consumidores procedentes de países fuera del actual G7.
4. Tecnología
Los avances de la tecnología y el conocimiento ofrecerán grandes oportunidades y mayores retos. Disciplinas como la biotecnología, nanotecnología, data-mining, robótica… no sólo supondrán nuevos mercados para las empresas, sino que, y lo más importante, influirán en la interacción social de las personas y en su estilo de vida.
5. Cambios geopolíticos
Las estructuras geopolíticas que creíamos perennes hace unos años se están resquebrajando y emergiendo a su vez otras nuevas, muchas de ellas sin tener aún un status definido. Por ello, el medio plazo resultará crítico para la definición del nuevo orden mundial.
Por tanto, ¿a qué se van a enfrentar las empresas en el medio plazo?
- A una población mayor, más envejecida, urbana, móvil y diversa;
- Al encarecimiento de los recursos y la necesidad de su sostenibilidad;
- A operar en diferentes mercados y captar información de cada uno de ellos;
- A la necesidad de adquirir más conocimiento;
- A la necesidad de anticiparse a cambios geopolíticos.
En este punto el lector se preguntará, ¿y qué tienen que ver todas estas reflexiones con un blog centrado en arquitectura? Pues es a partir de esta pregunta como quiero exponer mi primera reflexión. Desde mi punto de vista, los arquitectos tenemos o hemos tenido cierta tendencia a creer que vivimos en un universo paralelo y que estas macrotendencias ni nos afectan a nosotros ni al quehacer de la arquitectura. Pero, por desgracia, la crisis actual nos ha enseñado, y no precisamente con las mejores maneras, que no es que estemos con los pies anclados y muy anclados al Mercado, sino que es más, en España, el sector de la construcción es el pilar (y los cimientos, el cerramiento y la cubierta) de la economía nacional, a la que sí le influye la población, los recursos, la globalización, la tecnología y la geopolítica.
Es por ello por lo que creo que ahora es el momento de aprender de los errores del pasado, para no volver a desarrollar la actividad lejos de la realidade de la sociedad para la cual construimos.
Por tanto, y volviendo al informe de AT Kearney, en el medio plazo proyectaremos viviendas para una población más envejecida. Diseñaremos urbanismo para mega-urbes, en las que sostenibilidad y movilidad serán requisitos fundamentales. Construiremos edificios en los que la tecnología se integrará en la vida de sus habitantes.
Es momento para la innovación en la arquitectura. Porque esas viviendas para una población con una mayor esperanza de vida no pueden ser iguales a las construidas hace 50 años. Porque esas mega-urbes sostenibles no podrán desarrollarse sobre las estructuras actuales. Y por lo que es más, porque nuestros clientes demandarán una arquitectura más acorde a la realidad en la que viven, y no podemos volver a cometer el error de olvidar que el desarrollo de la arquitectura es también empresa, es decir, que ha de ofrecer un producto y un servicio demandado por el Mercado.
Que el futuro presentado por AT Kearney esté aún por llegar, no significa que el 2011 no pueda ser el año 1 de ese futuro para la arquitectura.
Feliz Navidad y mis mejores deseos para el 2011.
Lo de la vivienda de Protección Oficial (VPO) en España es de traca. Supongo que no me ganaré muchos amigos por lo que voy a decir aquí, pero es que es la verdad. Leo en Inmodiario que Uno de cada cuatro adjudicatarios renuncia a una vivienda protegida por que no la puede pagar. Me da en la nariz que esos adjudicatarios que renuncian son, en su inmensa mayoría, los que realmente necesitan una vivienda de protección oficial. Porque estoy seguro de que conoceréis a más de uno que vive en VPO y que no tiene complejos en ir en BMW. Esos seguro que no han tenido que renunciar.
No sé si os habéis fijado (nótese la ironía) pero esta crisis inmobiliario-financiera está siendo mucho más dura aquí, en España, que lo que lo ha sido o es en otros países de nuestro entorno con muchos intereses en nuestra tierra. Un ejemplo muy claro es Francia, donde han amortiguado mejor el problema de los inmuebles y están remontando, pudiéndose centrar en resolver problemas de otra índole. Para ellos los inmuebles no están suponiendo el drama que vivimos aquí.
Tinsa cambia de equipo directivo como consecuencia de su adquisición por el fondo capital riesgo Advent. A partir de ahora nos tendremos que familiarizar con los nombres de Joaquín Mongé, nuevo consejero delegado y Gerardo Aróstegui, presidente del consejo de administración. Luis Leirado pasa a la vicepresidencia de la empresa.
El pasado fin de semana se ha vivido en España uno de los episodios más tristes de la historia en lo que se refiere a derechos laborales en lo que llevamos de democracia en este país. Para aquellos que nos lean desde fuera y no lo sepan, los controladores aereos se ausentaron el viernes de sus puestos de trabajo provoncando la paralización del espacio aéreo español. Se hizo sin previo aviso ni convocatoria de huelga. Se calcula que unas 300.000 personas quedaron atrapadas en los aeropuertos españoles. 4.5 millones de viajeros se vieron afectados. Posiblemente el PIB español se resienta en décimas. La imagen de España en el extranjero queda muy deteriorada.
Hace ya un tiempo, leyendo la revista Quo, me encontré con un artículo en la que se hablaba sobre que el futuro de la arquitectura podía pasar por crear ciudades acuáticas debido a, entre otros motivos, la escasez de suelo. Me pareció muy curioso, no solo por los diseños futuristas que podéis ver en el artículo, si no por todo lo que ello implicaba, tanto de logística (a ver cómo compran los señores que vivan ahí el pan, por ejemplo) como de valoración. Porque si alguien va a vivir ahí, tendrá que comprar un apartamentito, digo yo. Y entonces, habrá que darle un valor. ¿Y qué valor le damos?
No os creáis que la valoración de un inmueble sobre el agua es algo absurdo. Los que vivís en costa y tenéis la suerte de estar cerca del mar y disfrutarlo con un barquito quizá de vuestra propiedad, os habréis encontrado alguna vez, quizá, con la necesidad de amarrarlo para poder bajar a tierra, aunque sólo sea para comprar algo de comer que no sea pescado. Ese amarre cuesta dinero y se vende. A veces se alquila, pero muchas otras se vende. Incluso hay urbanizaciones en las que el amarre se vende como si fuese un garaje o un trastero, es decir, como un anexo a la vivienda. Esta valoración se hace por el método de comparación (comparando con precios de otros amarres) si existe mercado significativo, y por lo general si existe, aunque sea caro y poco accesible, pero bueno, tener un barco no es que sea muy accesible tampoco. También se le aplica un método del coste, calculando lo que costaría construir el elemento a día de hoy, aunque para esto es recomendable el asesoramiento de un ingeniero de puertos, que sepa repercutir el coste del puerto en cada amarre.
Estoy seguro de que muchas veces os preguntáis por qué me interesan a mí, humilde tasador, un montón de cosas sobre empresas, negocios y finanzas, sobre las que de vez en cuando me aventuro a escribir en el blog. Mi padre trabajó toda la vida en bolsa, y supongo que algo queda ahí, latente, pero no es el motivo real. "Seguro que estos del blog de tasadores tienen un emporio y por eso nos largan de vez en cuando cosas de estas", pensaréis alguno. No, pero dadnos tiempo. No obstante, por ahora, no hay nada. Pues entonces, ¿por qué?