Este bien podría ser mi cuaderno de objetivos para el 2016 |
Se fue el 2015. Parece que fue ayer cuando empezaba, pero en realidad sucedió hace un año exactamente. Para mí ha sido un año fantástico. En lo personal no ha podido ser mejor; en lo profesional, mi nuevo trabajo en CBRE, trajo un cambio excitante y lleno de retos que por ahora no sólo no está defraudando, sino que supera las expectativas. También las aulas me han traído novedades y ahora estoy dando clases en la Universidad Católica de Chile. Pero un cambio supuso también tener que plantearse ciertas cosas...
¿Os acordáis del libro de Berto Pena que os recomendé hace poco? Os lo vuelvo a recomendar. Yo me basé en él para plantearme lo siguiente:
¿Este cambio a dónde me lleva? ¿Qué es lo que quiero de esta nueva etapa? ¿A dónde voy? ¿Cómo sé cuando esta etapa está finalizada, si es que alguna vez lo está?
Me planteé mi nuevo reto profesional con varios objetivos. Algunos ya se han cumplido, otros se han empezado y otros están por empezar. Cada semana me siento con mi amado cuadernito y me voy a la hoja donde lo tengo todo escrito para revisar qué progresos he hecho y qué me falta, en qué me tengo que enfocar y cuáles serán los próximos pasos.
Independientemente de cuál sea tu actual situación profesional, te invito a que hagas lo mismo este 2016. Agarra un cuaderno y escribe cuales son tus objetivos para este año (por ejemplo: verse envuelto en un proyecto para valorizar propiedades industriales, u hoteles, o un edificio entero de oficinas). Tiene que ser algo retador, algo que no sabes hacer pero estás dispuesto a aprender, pero también algo factible (no tiene sentido que digas que vas a ser Presidente del Gobierno este año a no ser que seas Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera -por cierto, si lo sois: bienvenidos al blog-). Tiene que ser algo asequible en tu entorno de trabajo, porque de lo contrario no servirá nada más que para causaros frustración.
Una vez tengáis definidos esos objetivos, y siguiendo con el esquema del libro de Berto, plantearos qué motivaciones os lleva a plantearos esos objetivos: aprender a tasar edificios de oficina, de forma que me pueda consolidar como un experto en ese campo; o redactar informes en inglés; controlar los flujos de caja de una vez por todas… Son algunos ejemplos que alguna vez yo me propuse. Como dice Berto, es importante definir bien estas motivaciones porque cuando te entre la flojera y te den ganas de mandarlo todo a tomar por donde amargan los pepinos, momento que SIEMPRE llega, debes volver aquí y recordar por qué te metiste en este berenjenal para poder retomar la energía y seguir estando en la primera línea de batalla.
Hazlo. Sirve. No es un consejo absurdo. Marca la diferencia entre los que consiguen lo que se proponen y los que andan dando palos de ciego.
¿Por qué no comentáis vuestros objetivos en los comentarios y los compartimos entre todos?
Feliz 2016
¿Os acordáis del libro de Berto Pena que os recomendé hace poco? Os lo vuelvo a recomendar. Yo me basé en él para plantearme lo siguiente:
¿Este cambio a dónde me lleva? ¿Qué es lo que quiero de esta nueva etapa? ¿A dónde voy? ¿Cómo sé cuando esta etapa está finalizada, si es que alguna vez lo está?
Me planteé mi nuevo reto profesional con varios objetivos. Algunos ya se han cumplido, otros se han empezado y otros están por empezar. Cada semana me siento con mi amado cuadernito y me voy a la hoja donde lo tengo todo escrito para revisar qué progresos he hecho y qué me falta, en qué me tengo que enfocar y cuáles serán los próximos pasos.
Independientemente de cuál sea tu actual situación profesional, te invito a que hagas lo mismo este 2016. Agarra un cuaderno y escribe cuales son tus objetivos para este año (por ejemplo: verse envuelto en un proyecto para valorizar propiedades industriales, u hoteles, o un edificio entero de oficinas). Tiene que ser algo retador, algo que no sabes hacer pero estás dispuesto a aprender, pero también algo factible (no tiene sentido que digas que vas a ser Presidente del Gobierno este año a no ser que seas Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera -por cierto, si lo sois: bienvenidos al blog-). Tiene que ser algo asequible en tu entorno de trabajo, porque de lo contrario no servirá nada más que para causaros frustración.
Una vez tengáis definidos esos objetivos, y siguiendo con el esquema del libro de Berto, plantearos qué motivaciones os lleva a plantearos esos objetivos: aprender a tasar edificios de oficina, de forma que me pueda consolidar como un experto en ese campo; o redactar informes en inglés; controlar los flujos de caja de una vez por todas… Son algunos ejemplos que alguna vez yo me propuse. Como dice Berto, es importante definir bien estas motivaciones porque cuando te entre la flojera y te den ganas de mandarlo todo a tomar por donde amargan los pepinos, momento que SIEMPRE llega, debes volver aquí y recordar por qué te metiste en este berenjenal para poder retomar la energía y seguir estando en la primera línea de batalla.
Hazlo. Sirve. No es un consejo absurdo. Marca la diferencia entre los que consiguen lo que se proponen y los que andan dando palos de ciego.
¿Por qué no comentáis vuestros objetivos en los comentarios y los compartimos entre todos?
Feliz 2016
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