Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre la compra y venta de sociedades de tasación a terceros. Los antiguos dueños de las tasadoras, las entidades financieras, se han visto obligadas en mayor o menor medida (y dentro de sus posibilidades) a vender debido a nuevas regulaciones emitidas por el Banco de España y también han influido las fusiones de cajas en todo este baile de máscaras del que ya hemos hablado varias veces en el blog. Y hablaremos, porque me consta que no está todo el pescado vendido en esta pescadería.
Es lógico que, en el mundillo, de vez en cuando salga el tema. Y se habla y mucho, algunas veces con conocimiento y otras sin ninguno. En mi ambiente, la mayoría somos arquitectos, aparejadores o ingenieros, y no se entiende mucho, hemos de reconocer, de valoración de empresas, porque no nos dedicamos a valorarlas. Pero si se le aplica un poco de sentido común, uno puede llegar a ciertas conclusiones sobre lo que vale y no en una empresa tasadora. Desde mi punto de vista, y sin obedecer a ningún orden, estas son las joyas de la corona de estas sociedades:
- Las bases de datos de inmuebles que disponen. Tanto de testigos como de tasaciones. El manejo adecuado de estas bases de datos puede generar beneficios a una empresa que sepa explotarlos. O el caos a una que no sepa. Me consta que las sociedades de tasación cada vez son más conscientes del valor de esta materia prima con la que trabajan y emplean cada vez más medios para depurarlos, contrastarlos, e incluso protegerlos.
- Personal. Está mal que lo diga yo, pero es que los técnicos tasadores somos imprescindibles para estas sociedades. Desde mi punto de vista, todas las tasadoras son conscientes de esta ralidad, pero el enfoque que dan a sus relaciones con los técnicos es muy diferente de una a otra. Las hay que no desean tener más relación con el técnico que la comunicación del encargo y su control. Las hay que buscan un mayor grado de involucración del mismo con la sociedad, ya sea a través de incentivos o simplemente buscando colaboración, o intercambiando información debida. Desgraciadamente, también las hay que no muestran el más mínimo respeto por los profesionales que trabajan para ellas. También incluyo aquí a los técnicos de control, de cuyo conocimiento se nutre la calidad del trabajo de las tasadoras en gran medida y de los que ya hemos hablado en otros posts. Además de los técnicos, las tasadoras cuentan con otros muchos profesionales, desde administrativos hasta informáticos o comerciales. Todos realizan una labor clave. Cada uno en su campo. Yo considero cada una de esas labores un activo, pero también es cierto que la mala gestión de los recursos humanos puede ser ruinosa. Un tipo con vocación de funcionario en un puesto directivo puede arruinar una empresa. Y un tío valioso con ideas e iniciativa enterrado en una montaña de papeles es un derroche. Es responsabilidad de las altas esferas de estas sociedades administrar correctamente estos recursos. Espero que sepan hacerlo porque si no, no va a haber manera de salir adelante.
- La cartera. No nos engañemos. Una sociedad de tasación vale la cantidad de tasaciones que consiga realizar. La tasación es el "core-business" de estas empresas. Si yo fuese a comprar o invertir en ellas, esto es lo primero que miraría. Y luego su cartera de clientes. Lógicamente, cuanto mayor (o más potente, no sé expresarlo mejor) sea esta, más posibilidades de realizar trabajos tiene. Y no me refiero sólo a entidades financieras, que es evidentemente el plato fuerte, sino también a particulares o empresas que recurren regularmente a ellas para valorar sus "activos inmobiliarios" (y supongo que también sus "pasivos inmobiliarios").
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