jueves, 10 de febrero de 2011

De hoteles y urracas. Elementos ajenos al inmueble que afectan al valor.

Imagináos un hotel en una calle céntrica de una gran ciudad española. Un hotel construido hace menos de 5 años, ocupando todo un edificio emblemático, tras una restauración integral, con varias plantas de habitaciones, salones y auditorio, y en la última, un restaurante con una magnífica terraza veraniega donde dar cócteles y celebrar eventos.

Imagináos que en el edificio medianero al hotel, se comienza otra remodelación, esta vez para habilitarlo como oficinas. Y resulta que uno de los torreones de ese edificio sobresale más de lo que debería.

El resultado es la inmediata queja por parte del hotel al ayuntamiento por aumentar la edificabilidad del edificio de al lado.

Nadie lo hubiese notado desde la calle, ni desde el edificio del hotel si éste no fuese un hotel o si no tuviese terraza. Pero los dueños del hotel saben que las vistas se cotizan y han pagado una millonada por estar ahí (location, location, location) y ahora no les van a arruinar las vistas, que es lo atractivo de su inversión en la terraza.

Os quiero hacer notar que los inmuebles están continuamente sometidos a variaciones de valor por motivos ajenos al propio inmueble. Muchas veces es a favor de ese valor, pero otras, como esta, es en contra. Son los denominados "elementos especulativos", ya que añaden o quitan valor sin ningún mérito o defecto por parte del inmueble en sí.

Os voy a poner otro ejemplo: en una calle de uno de los barrios residenciales de Madrid existen aparcamientos en superficie por toda la calle, tanto en batería como en línea. Dicha calle está dotada de árboles altos de hoja caduca que antaño daban cobijo a los nidos de los gorriones. Con el tiempo, empezaron a llegar urracas, que se comían a los gorriones. Estos depredadores son mucho más grandes y necesitan más alimentación, y por consiguiente, generan más excrementos. Resulta que la urraca es una especie protegida (no me preguntéis por qué, yo hasta hace poco no lo sabía) así que no puede ser ni siquiera "molestada". Pues el problema es que la calle está llena de excrementos de urraca y los coches que llevan aparcados más de 20 minutos (no exagero, yo lo he sufrido) sencillamente tienen que ir directos al centro de lavado más cercano. Hay coches que permanecen hay un par de días y están irreconocibles. El espectáculo es dantesco. Además, resulta que esos excrementos dañan la pintura metalizada porque son ácidos corrosivos (no me extrañaría que esas urracas fueran medio "aliens") y mucha gente está teniendo que volver a pintar los coches. Resultado: el alquiler de las plazas de garaje bajo superficie ha aumentado en torno al 15-20%. Por supuesto, el valor de las plazas de garaje también habrá aumentado.

Curioso, ¿no?

1 comentario:

  1. Como en life todo esta conectado...
    Lamentablemente (dados los plazos vigentes) muchos tasadores no tienen tiempo para analizar detalladamenete esas repercusiones.

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