lunes, 2 de mayo de 2011

Niños y precios


Llevo ya cierto tiempo bastante interesado por lo que mueve a las personas a comprar un determinado inmueble en un determinado sitio y no en otro y en que basa cada uno su decisión. Os podéis imaginar que prácticamente, la combinación de motivos es tanta como inmuebles existen, así que me parece una tarea inabordable tratar de catalogarlos, por lo que de vez en cuando expreso mis opiniones al respecto en este blog.

A los que tengáis hijos, la última causa de elección de inmuebles con la que me he topado no os será ajena, porque si habéis cambiado de residencia teniendo ya hijos, lo habréis pensado consciente o inconscientemente casi con toda seguridad. Lo que me extraña es no haberlo visto en ningún foro inmobiliario todavía.

Me he enterado, leyendo sobre qué impulsa a un chaval a convertirse en criminal o a tener éxito y aceptación social, que en 1998, una escritora llamada Judith Rich Harris, publicó un estudio, "The Nurture Assumption" (traducido como "El mito de la educación"), en el que defendía que la influencia de los padres en sus niños es, como mucho, tan potente como la que puedan tener sus amigos o la gente con la que se relacionen fuera del hogar. Ojo al dato: la señora Harris no tiene otro título excepto el de madre y abuela, pero varios expertos se han rendido a las evidencias de su informe.

El tema es, que si damos por válida esa afirmación, los papás no van a ser responsables de la educación y comportamiento de sus nenes por más que se empeñen en castigar, premiar, recomendar, exigir, etc. Los amigos del cole o del barrio también van a influir... Los amigos del barrio... Vaya. Parece ser que al final los papás podrán influenciar a sus herederos después de todo... Eligiendo el barrio en el que viven. Porque dependiendo de dónde eligan su residencia, habrán aumentado o disminuído la probabilidad de que los chavales se relacionen con un determinado tipo de personas, lo que va a influir en su personalidad de una o de otra manera. Si el niño vive en un getto lleno de camellos y drogadictos, difícilmente va a encontrar a un colega que no esté o acabe envuelto en ese mundo. Y viceversa, claro.

Así que esto podría explicar por qué unos papás están dispuestos a pagar más por una casa de igual superficie y calidad en un barrio que en otro. Ya nadie discute (dudo que alguna vez se hiciera) que el entorno del inmueble es un factor determinante en su valor, pero alguna vez os habíais planteado que los niños pudieran influir en el valor de ese inmueble?

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