martes, 13 de octubre de 2009

Priceless

Primero, advertiros que este post es un poco ñoño, pero no he podido resistirme. Tampoco tiene que ver con la valoración, o puede que si, pero la vida es mucho más que poner un número a cada cosa. Si aún así queréis seguir leyendo, me encantará compartir con vosotros esta experiencia de mi vida.

Hace unos años conocí a una chica inglesa a través de unos amigos. Resultó ser muy introvertida y realmente era difícil acceder a ella. La cosa se quedó así durante mucho tiempo hasta que, por casualidades de la vida, acabó trabajando cerca de mi oficina. Cuando descubrimos qie éramos vecinos, empezamos a quedar para tomar cafés y esas cosas. Poco a poco fuimos conociéndonos y apreciándonos cada vez más. Finalmente habíamos construido una amistad muy bonita y enriquecedora de la que los dos disfrutábamos. Sólo que por aquel entonces, era difícil verlo de esa manera.

Ahora ella y su novio se vuelven a Inglaterra. Para ella es una oportunidad magnífica y podrá estar cerca de su familia a la que echa de menos. El otro día quedamos para despedirnos. Y fue cuando nos dimos cuenta de cómo había crecido nuestra amistad.

Yo me siento muy agradecido porque es una amistad totalmente generosa y sincera. No hace falta que ella lo diga. No hace falta que haga nada. Se notaba. Y yo me siento muy feliz por ella y por tener la suerte de haberla conocido. Me ha hecho reflexionar mucho sobre todo lo que se queda fuera del tema de este blog, todo lo que no se puede valorar y que es tan importante, así que de vez en cuando, intentaré escribir más sobre esta faceta de la vida, sobre todo aquello que es "priceless", como diría mi amiga, sin que por ello dejemos el tema de la valoración inmobiliaria.

La echaré de menos. Buena suerte, amiga mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario