lunes, 28 de diciembre de 2015

Valor añadido vs valor de mercado

Siguiendo el hilo del post anterior (¿habéis visto ya la peli?), uno de los mayores problemas que podemos encontrar a la hora de valorar una propiedad que pertenece a un cliente es la perspectiva que el propio cliente tiene de ella. Es muy común que se den presiones por parte del cliente, que siempre va a tratar de sesgar el valor en su propio beneficio. No es que nosotros debamos castigar esa visión, pero tampoco debemos priorizarla con respecto al mercado.

Nuestra misión consiste en permanecer lo más objetivamente posible. Nótese que la propia expresión denota la subjetividad inherente en toda valoración, pero en la medida en la que se pueda, un tasador debe intentar respaldar todos sus datos con lo que muestra el mercado en ese momento, de ahí la importancia de la investigación de mercado y de un respaldo coherente de los valores emitidos.

El obtener un valor basado en mercado, y no en las circunstancias propias del cliente, nos lleva a hacer más defendibles nuestros informes. Además, poneos en la posición de que tengáis que emitir dos informes diferentes para dos clientes distintos, pero sobre la misma propiedad. No podemos dar dos valores diferentes. El valor de la propiedad es uno. No hay más.

Otra cosa es que, una vez que tengamos ese punto de referencia objetivo, podamos hacer un estudio para saber qué valor añadido le puede otorgar el cliente a la propiedad (es decir, estoy haciendo el ejercicio justo al revés, poniéndome en la piel del cliente, de forma que la diferencia entre este valor y el que obtuve por mercado, es el valor añadido).


Un ejemplo muy claro ocurre constantemente en la valoración de terrenos inmobiliarios.

Para valorar un terreno inmobiliario lo más común es realizar un análisis residual del mismo, de forma que vamos a proyectar en el tiempo gastos e ingresos y a descontarlos con una tasa (sobre la tasa que elegimos os prometo que hablaré antes o después, dadme tiempo). Ya lo hemos hablado varias veces. La clave es ponerse en el papel de un desarrollador (promotor) medio, que no asuma más riesgos de los habituales y realice un producto admitido por el mercado (algo cero sexy, casi aburrido, pero lo más común, que ya haya sido probado en el mercado y asegure un beneficio conocido).

El problema es que el cliente puede no estar desarrollando un producto estandarizado, o que sus capacidades de gestión, producción y venta sean mejores o peores que las del promotor medio. De hecho, el cliente va a presionar para que consideres SUS características particulares. Así, si un promotor medio (el promedio de la mayoría, lo más común, vamos) tarda dos años en realizar la construcción y medio más en vender, uno con una alta capacidad de gestión puede tardar 1,5 años en construirlo y venderlo todo en ese plazo. Cualquiera que haya manejado flujos debe darse cuenta de que al terminar antes los gastos y acercar los ingresos a la actualidad, va a tener mejores resultados que el primer caso con la misma tasa de descuento. Ese "gap" es el valor añadido que el cliente le otorga a su propiedad.

¿Y por qué no puede reconocerse la visión del interesado? Para responder a esta pregunta, debes responder primero quién forma el mercado. El mercado está formado por todos aquellos que estén dispuestos a comprar el terreno en igualdad de condiciones. Es decir, un montón de potenciales compradores, algunos mejores que el cliente, otros peores y en promedio idénticos al desarrollador promedio. O lo que es lo mismo: el desarrollador promedio que tú has definido, que para eso has hecho un estudio de mercado y sabes cuánto tarda en construir un producto estándar, cuánto le cuesta construirlo, cuánto va a llevarse de beneficio en la operación, cuánto tarda en venderlo y a qué precio.

En definitiva: hay que hacer comprender al cliente que el mercado no está formado por agentes con sus virtudes ni defectos y que nuestro papel consiste en obviar esas virtudes y defectos para dar un valor objetivo, a un tercero. Eso es valor de mercado.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Que la fuerza te acompañe

Siths (izquierda) vs Jedi (derecha). Fuente: http://theartmad.com/star-wars-jedi-vs-sith-wallpaper/

El 18 de diciembre se estrenó el capítulo VII de Star Wars. Esta saga, que empezó por el año 1977 y marcó un hito en la historia del cine, es mucho más de lo que a simple vista puede parecer, en mi humilde opinión. En el transfondo de la historia, hay un mensaje poderoso que no debemos obviar: la lucha del bien y el mal, de cómo la falta de control sobre nuestros sentimientos nos pueden llevar a la perdición y de cómo unos pocos luchan porque eso no sea así.

En realidad, ese concepto del bien contra el mal es inherente en nuestro día a día. Todos los días tenemos que tomar decisiones en las que nuestra conciencia toma parte importante de protagonismo. No es fácil, no es cómodo, pero es necesario. Y para que la conciencia tome decisiones correctas, es necesario que los criterios que tengamos (ese mapa del buen camino que le damos con la educación, la formación, el sentido común, etc.) sea claro y conciso. Sino, surgirá la duda, y la duda lleva al miedo, el miedo al odio y el odio, al lado oscuro...*

Yo soy un Jedi. Mejor dicho: un Padawan** (que no me pueda la soberbia...)

Cada vez que en mi trabajo me enfrento a una presión para modificar el valor, tengo que ver si está justificada o no. Y muchas veces, muchas, no hay más justificación que la propia visión o punto de vista de la persona que ejerce esa visión. Ojo: la inmensa mayoría de las veces, esa presión no surge de un malintencionado sentimiento; es un punto de vista legítimo de su emisor (hablaré de ello el próximo post), o se da por desconocimiento, o la falta de perspectiva de alguno de los agentes involucrados en el proyecto (no estoy yo diciendo que cada persona que encarga una tasación y protesta se ha pasado al reverso tenebroso). Pero sea como sea, te desvía del valor de mercado, del valor real de tasación al que debes aspirar*** y por lo tanto, debes tratar de evitarlo (siempre y cuando lo que te pidan no sea razonable). Si estamos hablando del bien y del mal, en el fondo estamos hablando de lo que es correcto y lo que no. Como tasador, tener claro dónde está la línea que separa una cosa y la otra es fundamental. Hacer las cosas bien no es fácil, los atajos son tentadores y nuestra voluntad es débil, lo que exige estar atento.

Como tasador, debemos dar valores que estén exentos de cualquier interés de las partes. Y te aseguro que presiones van a haber. Estas metido en medio de una operación que involucra mucho dinero. Involucran proyectos importantes que envuelven a mucha gente, y tu decisión debe ser justa, o acabará volviéndose contra ti.

Y ahora, si me perdonáis, tengo que ir a luchar contra las hordas malignas... Quiero decir: tengo entradas para ir a ver la película. Que la fuerza os acompañe, tasadores.

*Yoda, el símbolo de la sabiduría y la templanza en la saga, pronuncia alguna vez esta frase o una muy parecida.
**Un Padawan es un aprendiz de Jedi.
***Recordad la definición de valor de tasación: "Cantidad estimada por la cual una propiedad debería poderse intercambiar a fecha de la valoración entre un comprador y un vendedor, sin vinculación entre sí, por voluntad propia y sin ser presionados tras un periodo de comercialización adecuado en el cual las partes han actuado con conocimiento de causa, de forma prudente y sin coacción." (RICS Valuation Standards, Spanish Version).

lunes, 2 de noviembre de 2015

Waze. O la historia de mis navegadores

La primera visita del día te lleva a una casa. De ahí, partes al otro lado de la ciudad a ver una nave y vuelves al centro a por otra propiedad. Almuerzas con un cliente y visitas una obra para acabar tu ronda en el estudio redactando informes. Te pasas el día de aquí para allá. Y aunque conoces bien tu área, la verdad es que no todas las direcciones te resultan familiares.

Yo empecé tasando con una guía de papel. El típico callejero. Pero no pasó mucho tiempo hasta que el "nerd" en mí se canso de lo analógico y empezó a buscar una solución digital. Por aquel entonces estaban en auge los dispositivos GPS (ha llovido desde entonces, lo sé) y así adquirí mi primer Tomtom Go. Era pequeñito (la pantalla era muy pequeña), era portátil, me costó una pasta a la que había que incluir las actualizaciones de los mapas y, la verdad, me encantaba. De las mejores compras que he hecho. De ahí pasé a mi segundo Tomtom, el cual todavía conservo. Más grande, también portátil y se le agotaba la batería en cuestión de segundos, de forma que había que tenerlo enchufado continuamente, pero me gustaba igual. Probé la versión Tomtom para iPhone, pero por aquel entonces, mi teléfono estaba ya obsoleto, así que utilizar un smartphone como navegador teniendo un navegador propio, me pareció inútil y por ello no me volví a preocupar. Además la versión completa era carísima.

Pero a mi llegada a Chile me encontré con un problema que no esperaba: las carreteras. Compré el mapa de Chile para Tomtom (no tan caro) pero se desactualizaba con una rapidez asombrosa (aquí las infraestructuras avanzan rápidamente y las actualizaciones de mapas no tanto) y además, en Santiago el sentido de las calles cambia dependiendo de la hora y del día de semana. Tomtom no tenía capacidad de incluir esos cambios. Y llegué a Waze.

Utilicé Waze en España una vez, cuando la aplicación empezó a funcionar, pero no me convenció porque por aquel entonces se limitaba a dibujar las carreteras según tú avanzabas por ellas, pero no te guiaba. No me servía. Lo descarté, pero al llegar a América latina resultó que todo el mundo lo utilizaba. Así que lo volví a instalar. Y, oh sorpresa, no solo tenía todas las carreteras actualizadas, sino que además, funcionaba mucho mejor que Tomtom.

No he vuelto a usar Tomtom.

Waze es gratis, actualizado al minuto porque se basa en la información que mandan los demás wazers (usuarios de Waze) y marca de forma asombrosamente exacta en el mapa donde está la policía, si hay un coche en la cuneta o la velocidad a la que se circula en un atasco. Funciona de perlas.

Waze se puede instalar en todas las plataformas móviles y accedes como un usuario, de forma que tu información de cuenta está en la nube y no tienes que configurarlo cada vez que cambias de móvil. Además, interactúa con tus otras aplicaciones: si tienes una cita en la Calle Velázquez, puedes navegar hasta allí sin tener que meter manualmente la dirección y para ir a casa de un amigo, simplemente busca entre tus contactos y te saca su dirección (si es que la tienes guardada en la agenda).

Además tiene todas las funciones de navegación de un navegador convencional, lo que incluye la navegación en etapas, lo que a nosotros los tasadores nos viene estupendo a la hora de tener que visitar varias propiedades. Antes de salir, se meten las direcciones de todas ordenadamente y durante el tour no tienes más que darle a la siguiente visita.

Como "contras" hay que mencionar que, de vez en cuando, te muestra algún anuncio publicitario que te ofrece llevarte a un Centro Comercial o alguna sala de cine, pero lo encuentro muy poco intrusivo y totalmente tolerable. Un buen precio a pagar por una aplicación tan completa.

¿Qué navegadores usáis vosotros? ¿O seguís con el callejero?

P.D.: No. Tampoco me han patrocinado este artículo. No hay manera.

jueves, 15 de octubre de 2015

Big Data y precios cambiantes

Más de una vez os he animado a que sigáis las noticias del sector inmobiliario, y más concretamente del mundo de las tasaciones, porque creo que es imprescindible que uno maneje la información macro del entorno en el que se supone que es un profesional. Paradójicamente, estoy en contra de perder el tiempo leyendo todos los días el periódico. Hace unos años, era totalmente necesario, pero hoy en día, con servicios como Instapaper, IFTTT, lectores de Feeds tipo RSS y similares, es una tontería hacerlo cuando la tecnología lo puede hacer por ti sin perder información demasiado relevante.

Hace poco, el blog de ST Valora (Sociedad de Tasación), que periódicamente publica en su Newsletter el resumen semanal de lo acontecido en el mundillo, que es muy útil porque nos hacen gran parte del trabajo de resumen de noticias -gracias chicos-, y hacía referencia a una noticia en la que se hablaba de la tecnología, las viviendas y el big data. Recomiendo su lectura, que es muy breve por otra parte, pero me interesa destacar el punto en el que hacen referencia a la posibilidad de que los valores de la vivienda cambiaran en tiempo real según se vaya definiendo oferta y demanda.

Para empezar, y para los que no lo sepáis, el Big Data se refiere a sistemas informáticos basados en la acumulación a gran escala de datos y de los procedimientos usados para identificar patrones recurrentes dentro de esos datos (definición de Wikipedia). En términos de andar por casa: tu vida genera muchos datos sobre ti, que combinados con todos los datos que generamos los demás resultan en la posibilidad de identificar tendencias, patrones o modos de comportamiento de forma que terceros (generalmente alguien que te intenta vender algo), pueda anticipar tus necesidades y adaptar su oferta para que te resulte más atractiva (y compres, claro).

Así, los chicos de ST mencionaban el ejemplo del precio de los pasajes de avión y cómo este va fluctuando en función de la demanda que tienen. El Big Data les dice a las compañías aéreas que  los precios deberían ser más baratos tres meses antes del vuelo y no 6 meses antes, porque la demanda se comporta así. Y todos sabemos que de un día para otro los precios pueden cambiar un montón.

Imagináos que algo parecido pudiera darse en los portales inmobiliarios.

Imagináos los problemas que nos causaría a nosotros, los tasadores.

No habría forma de tener un referente fiable. De hecho, a la emisión del informe, el valor de los referentes podría ser uno y una semana después, cuando se vaya a cerrar la operación, el valor del mismo podría estar completamente desfasado.

Y sin embargo, creo que es inevitable que algo así llegue a suceder (o algo parecido).

EL producto inmobiliario ha sido tradicionalmente muy reacio a la baja (hasta 2007, claro), pero no creo que haya tenido nunca una volatilidad alta a corto plazo (alta capacidad de cambiar de precio en un rango amplio y poco tiempo) como los billetes de avión. Tampoco creo que una volatilidad para este tipo de producto resultara beneficiosa para la economía en general. No hay que olvidar que la propiedad inmobiliaria supone un altísimo nivel del patrimonio de las familias, que no creo que tuvieran capacidad para soportar ese tipo de fluctuaciones.

También habría que diferenciar dentro del sector inmobiliario qué tipo de producto podría verse sometido a estas fluctuaciones. No es lo mismo la compraventa de viviendas, que tiene un público más masivo del que se pueden rescatar ese tipo de datos, que la de locales de un Centro Comercial, por ejemplo, donde nos encontramos un mercado más opaco en cuanto a oferta y demanda. Y menos aún si estamos tratando de operaciones que involucran edificios completos.

Si esto llegara a ocurrir, y es muy posible, veríamos una primera consecuencia en forma de modificación de la norma ECO (en España) que afectaría seguro a todo lo relativo a referentes y al coeficiente hipotecario. No es poco esto, porque es en gran medida, la base del trabajo del tasador. No sólo del tasador. El gran tesoro de las empresas tasadoras es la base de datos que forman todos los testigos de las tasaciones que se visan y de la que extraen importantísima información. Estamos hablando de que sería necesario revisar la valía de esas muestras, o la forma de recogerlas y emplearlas, o todo lo anterior.

Con respecto a esto último, cabría la necesidad de plantearse que el valor de mercado de una propiedad no fuera informado como un dato preciso, si no como un rango de valor en función de la volatilidad de los referentes que pudieran existir en el mercado (no sólo de los empleados para esa tasación en concreto), lo que reflejaría la volatilidad del mercado en sí y, como consecuencia, de la propiedad tasada. A eso habría que añadir en la Normativa la forma de interpretar ese rango de valores.

El mundo de la tasación ha tenido que ir adaptándose paulatinamente a todas las innovaciones que la tecnología ha traído al mundo inmobiliario y éste es un proceso que no neceseariamente ha terminado ya, sino que en cualquier momento, como en todas las industrias, puede volver a darse. El Big Data es el futuro, un futuro cada vez más cercano y no opcional. La información es necesaria y valorada, y el Big Data es una fuente de información que es necesario explotar. Si llegara a afectar al mundo de la tasación (lo que es probable) habría que adaptarse, ya que la experiencia nos dice que el ignorar la realidad en la que se vive no hace que la realidad te ignore a ti.

jueves, 1 de octubre de 2015

La imagen que me ayuda a mí a entender los flujos de caja

11:30 AM. Sala de reuniones del cliente.

- Sabes José Luis, sobre la valoración de los terrenos en cartera de nuestra compañía, tenemos un par de dudas.
- Para eso estamos aquí. Para resolver posibles dudas.
- Nos llama la atención lo que pasa con los terrenos A y B. Los dos en la misma ciudad, pero sobre el A podemos construir un producto que se venderá más caro que el producto que se puede construir en el B.
- Así es.
- OK, pero, si es así, entendemos que el valor del A debería estar por encima del B.
- No necesariamente. Depende de varias circunstancias. Ten en cuenta que nuestro trabajo es la valoración de los activos, no su precio final. Y no es lo mismo.
- Ya, pero este caso es bastante notorio.
- Mira, el terreno "A" es tres veces la superficie de "B".
- Por lo que yo podría construir más producto que en "B" y obtener más ingresos. Nos sigue pareciendo que debe tener más valor.
- Ojo, más valor tiene. "A" se tasó en 100.000 y "B" en 75.000.
- Pero el valor unitario es mayor el de "B" que el de "A". Eso es lo que no nos cuadra.
- Precisamente porque el terreno es más grande. Necesariamente te va a llevar más tiempo desarrollar "A" que "B".
- ¿Y?
- Que, aunque lo que vendas en "A" es de mayor calidad y el mercado te va a pagar más, tus ingresos van a llegar diferidos en el tiempo, más tarde, por lo que esos ingresos no pueden reflejarse de forma inmediata en el valor del terreno. Dicho de otra forma: hasta que puedas disponer de ese dinero, debes soportar otros gastos previos. En cambio, en B, puedes desarrollar y vender inmediatamente (léase, en un año y medio o dos años). En este caso, no se penaliza tanto el valor.
- Entonces, en un terreno grande, ¿el metro cuadrado siempre va a valer menos que en uno más pequeño?
- No siempre. Dependerá del producto que se pueda vender, como bien dices, pero en este caso, la diferencia de ingresos de un producto y otro no absorbe esa diferencia.
- Explícame de nuevo lo de que los ingresos llegan tarde.
- Se trata de analizar el flujo de caja que podría generar cada proyecto inmobiliario. Eso supone unos ingresos, un beneficio para vosotros y unos gastos. La diferencia resultaría el valor del terreno.
- Ok.
- El problema es que aún no habéis construido nada, luego las ventas no podéis realizarlas aún (al menos, no podéis disponer de todo el ingreso esperado). Además, construir os va a costar dinero durante un tiempo. Dejamos aparte, permisos, licencias, proyectos, etc.
- Vale.
- Por lo tanto tenéis que soportar unos costos antes de empezar a ingresar. Eso lo sabéis mejor que nosotros. Y cualquier potencial comprador también lo sabe. Y lo considera en tu venta. Mira, si dibujo en el eje horizontal el paso del tiempo y en el vertical Gastos (hacia abajo) e ingresos) hacia arriba, obtengo algo parecido a esto:




- Si, ya veo. Un diagrama de flujos.
- Exacto. ¿Ves como las flechas hacia arriba (ingresos) están alejadas del día de hoy? Sin embargo, las flechas hacia abajo (gastos) están próximos en el tiempo. Pues para actualizar estos valores debes tener en cuenta esto otro:
- Ya veo: cuanto más cerca está el movimiento, más impacta en el valor. Si consiguiera que los gastos se fuesen atrás en el tiempo y los ingresos vinieran delante, éstos impactarían más sobre el valor final. ¿Correcto?
- Totalmente. Por eso te doy el valor del terreno como si lo dividiésemos en partes, para desarrollo inmediato. AHí puedes ver que el valor de la primera parte, de la primera etapa, del terreno "A" si que es mayor que la del terreno "B". Es una forma de homologar para poder comparar terrenos.
- Me queda claro. Muchas gracias.
- Para eso estamos.

martes, 29 de septiembre de 2015

Vuelta a terreno

Os escribo en un avión camino al norte de Chile, para inspeccionar unas propiedades que nos han encargado valorar. No es el primer viaje que tengo que hacer de este tipo ni será el último, pero lo cierto es que durante mi estancia en Tinsa no era tan frecuente que tuviera que dejar la oficina para visitar inmuebles, algo cotidiano en mi etapa en Tasamadrid, algo que un tasador debe hacer todos los días. Obviamente, no es lo mismo visitar un departamento que un centro comercial, un edificio de oficinas o un complejo industrial. Cada tipo de propiedad tiene sus particularidades y la visita debe ajustarse a ellas. Os voy a contar qué cosas deberían hacerse antes, durante y después de la visita. Al menos cosas que a mí no me contaron y que hubiese agradecido saber antes de liarme a tasar mega edificios gigantes (los más complicados) o promociones inmobiliarias enteras.

Preparación previa

Igual de importante que la visita es la preparación de la misma. Una visita a una vivienda de tamaño pequeño o mediano (1 a 4 dormitorios, por ejemplo), puede no requerir ninguna preparación, pero propiedades más complejas si van a necesitarla si no queremos que nuestra visita sea improductiva o nos lleve demasiado tiempo. La preparación previa dependerá también del tipo de información que tengamos. Si tenemos planos, será muy útil (e inmensamente más eficaz) llevarlos impresos y poder realizar anotaciones directamente en terreno. De lo contrario, podemos estar horas elaborando croquis o bocetos que, además, pueden llegar a contener errores.

Lo primero que deberíamos hacer es estar seguro de que sabemos dónde está la propiedad que vamos a ver. Buscarla en Google Maps o equivalente y si es posible, registrar la dirección en nuestro sistema de navegación. Uno no puede ponerse a buscar el sitio cuando te están esperando, porque corre el riesgo de no encontrarlo en el mapa de forma rápida, o de que tu mapa esté desactualizado y te lleve a otro lugar, de forma que tengas que estar llamando al contacto para preguntarle dónde demonios está. Lo sé porque a mí me ha pasado. Uno se confía y piensa que conoce el barrio al que va, pero resulta que la casa está en el Callejón Fulanito en vez de en la Calle Fulanito, lo que retrasa tu llegada 5-10 minutos. Y eso, cuando tienes que visitar 4 o 5 propiedades puede ser demasiado tiempo. Ni que decir tiene cuando te toca ir a otra ciudad, como es mi caso. Mejor pierde diez minutos antes que una hora perdido en un lugar desconocido. Por cierto, si vas a otra ciudad, quizá sea buena idea sacar con antelación los billetes de avión y alquilar un coche... Y si vas a visitar una obra, necesitarás calzado de seguridad, casco...

Además, el hecho de buscar previamente la propiedad te puede servir para echar un vistazo rápido al entorno y averiguar si hay algo que merezca la pena verse a parte de la propiedad a tasar. Si el sitio está aislado, o mal comunicado, o tiene cerca transporte público, o cualquier otra cosa.

Preparando la visita
En este viaje, yo voy a visitar unas naves industriales y un centro comercial. De las primeras, no tengo los planos. De la segunda, sí. Aunque soy medio "freak" y me encanta la tecnología, utilizo mi cuaderno de tradicional papel y un boli en mis inspecciones. Para las naves, lo que si tengo es una foto satelital (se dice así en español sudamericano) sacada de Google Earth pegada en una hoja de mi cuaderno, de forma que tengo una idea precisa de lo que me voy a encontrar. Así, durante la visita puedo ir haciendo anotaciones a medida que inspecciono (normalmente a base de poner un número en la foto sobre el lugar exacto del que quiero hacer una indicación y un comentario con ese número como referencia donde ya escribo el texto necesario). Para el centro comercial, imprimí los planos de forma que también pudiera pegarlos en mi cuaderno (me encanta pegar cosas en mi cuaderno: planos, fotos, post-it, tarjetas de visita...) y funcionar de la misma manera.

La idea es llegar a la propiedad y saber más o menos qué es lo que te vas a encontrar e intentar identificar posibles problemas o dudas antes de estar allí.

Uno queda muy profesional cuando le recibe la persona que debe mostrarnos el inmueble y va soltando comentarios del tipo "ah, si. Y detrás está la nave B, junto al patio de carga, ¿verdad?". Queda muy profesional, porque es profesional preparar la visita y te sitúa de igual a igual con tu interlocutor. El otro piensa: "Este tío sabe". Si no, lo que puede pasar es que te traigan y te lleven de un lado a otro sin que en realidad sepas dónde estás o si te queda alguna parte por ver. Eso no es profesional. No. Nosotros no somos de esos.

Durante la visita

Cuando inspeccionas una propiedad, tu objetivo es dar un valor. Esto implica que vas a tener que describirla. No sé si entendéis la importancia de esto último. Uno no puede tasar, dar valor a algo, si no conoce bien cómo es ese algo. "La próxima mujer que me cruce me va a gustar mucho". ¿Cómo demonios puede nadie saber eso, si esa mujer va a gustarle o no, si no la ha visto si quiera? No sabe cómo es, física ni personalmente. No puedes formarte una opinión sobre esa persona. Pues con la propiedad pasará igual. No puedes decir que tiene un determinado valor sin revisarla de arriba a bajo. Durante la visita puedes detectar cosas que afecten directamente su valor. Por eso se visita. Así pues, la descripción de la propiedad debe ser lo más completa posible. Sé que la moda es hacer todo a base de bullet points, pero yo defiendo que la descripción debe ser extensa, porque además de dejar claro qué es lo que vamos a tasar, puede servirnos de punto de apoyo para justificar ciertas decisiones que iremos tomando en el proceso de valoración.

La descripción debe incluir referencias sobre los espacios visitados, así como el sistema constructivo (si se puede), las instalaciones, terminaciones y acabados del inmueble. También una apreciación sobre el estado de conservación. Soy poco amigo de incluir apreciaciones en los informes de valoración, porque son subjetivos por naturaleza y pueden llegar a ser puntos de conflicto que hagan débil nuestra argumentación, pero si una casa está mal conservada, se debe indicar, aunque al dueño le encante. Por cierto, emitir una opinión de valor sobre el estado de un edificio o inmueble no implica ningún tipo de responsabilidad sobre el estado real de la misma. Pueden existir vicios ocultos (indetectables a simple vista) que afecten su estado. Eso si, se debe dejar claro esto último, e indicar que el objetivo de la inspección no es el de detectar estos vicios.

Otra cosa que se debe chequear son los actuales inquilinos del inmueble y el régimen en el que están. Muchas veces, los propietarios no te informan que la persona que te recibe es en realidad un arrendatario, muy posiblemente porque no lo consideren importante, cuando determina por completo el método de valoración a utilizar.

Por supuesto, se deben hacer fotografías, porque es el respaldo gráfico de a) que estuviste en la propiedad (lo que es obligatorio*) y b) los comentarios y opiniones de lo que expliques en el informe. Fotografías exteriores e interiores. Idelamente de todas las estancias de la propiedad. Haz fotos. Muchas fotos. Aunque no las pongas luego en el informe. Más vale que sobre. Siempre debes contar con permiso y autorizacióndel dueño o del inquilino. Muchos no se sienten cómodos con un tío sacando fotos a su casa o lugar de trabajo, pero hay que hacerlo. En esos casos, es conveniente explicarle por qué se debe hacer y que no debe preocuparse porque es´tas sujeto a un acuerdo de confidencialidad. Mi experiencia es que esto relaja mucho a las personas y te permiten hacer tu trabajo sin problema. ¡Ah! Mejor si no salen personas y nunca, bajo ningún concepto, deben aparecer niños. Está prohibido en todos los países civilizados.

Otra de las cosas que debemos hacer es medir la propiedad. Si se tiene un plano y se comprueba que coincide con la realidad, al menos se deben tomar un par de medidas, idealmente una horizontal y otra vertical. Si no se dispone de plano habrá que hacer un boceto "in situ", para luego pasarlo a limpio más adelante. Pero hay que hacerlo, así que mejor no olvidar la cinta métrica (qué "vintage"...) o el medidor láser.

Por último, hay que preguntar. La información que podamos obtener en el lugar es muy valiosa, porque puede ser verificada inmediatamente. La antiguedad del inmueble, si se han hecho reformas, si hay obras en marcha, cómo de avanzado están, si han habido problemas que puedan causar demoras en esas obras… Cualquier cosa que se te ocurra, no te quedes con la duda: pregunta.

*Nota: muchos clientes, sobre todo los corporativos que lo que quieren analizar es el flujo de la actividad económica que se desarrolla en la propiedad, no están convencidos de la importancia de la visita. Se debe a un desconocimiento del proceso valorativo por su parte, ya que ellos están enfrascados en el análisis de contratos y flujos y no creen que una visita pueda cambiar ni una cosa ni otra. Lo cierto es que el valor de un edificio cambia radicalmente si no va a poder seguir usándose durante los próximos 3, 4 o 5 meses, por mucho contrato que haya. La visita es obligatoria según la Norma ECO española y desde luego, según RICS.

 

Tras la visita

Hay dos cosas que uno debería hacer inmediatamente tras la visita: organizar la información recabada y dejar por escrito la descripción de la propiedad.

Describir la propiedad justo después de la visita es ideal porque aún tienes frescas las imágenes en tu memoria y entiendes mejor tus anotaciones (tus anotaciones a mano rápidamente durante el paseo, tienden a ser más ilegibles con el tiempo. Ésto es así). Además, personalmente creo que es una forma de fijar en tu cerebro el conocimiento del inmueble. El hecho de ver la propiedad es en realidad, un ejercicio pasivo para tu cerebro. Tu memoria retiene más fácilmente las características de lo que has visto si te obligas a realizar activamente el ejercicio de escribir lo que estás pensando. Cuando acabas y puedes responder al 95% de las preguntas que te puedan hacer sobre la propiedad sin tener que recurrir a tus notas. Ya eres un experto en la propiedad. A mí me funciona.

Organizar la información consiste, básicamente, en no perder los papeles u olvidarte si la foto que estás mirando es de la primera casa que viste o de la tercera. Se trata de guardar las fotos en su carpeta correspondiente y las anotaciones donde deben estar. Aunque amo mi cuaderno (¿lo he dicho ya?) aquí me sale de nuevo la vena "Freak". ¿Qué tal encontrarte la carpeta de la propiedad que vas a tasar automáticamente hecha en Dropbox o Box, por ejemplo? Se puede hacer con IFTTT. ¿Y subir las fotos a esa carpeta y a la vez borrarlas de tu dispositivo para que no te líes? Se puede con Workflow. Este tipo de cosas ahorra muchísimo tiempo (acordáos de cuando hablamos sobre automatización). Pero aunque sea manualmente, debes organizar tu información.

Tras una visita, cualquier pregunta sobre la propiedad tiene que ser fácil de responder. No es necesario que sepas cuantos centímetros cuadrados hay en la misma, o cuantos extintores había en el edificio. Pero sí deberías tener la seguridad de poder rsponder o de al menos, saber dónde buscar la respuesta. Ése es el síntoma de haber hecho una buena visita.

Las luces de "abróchense los cinturones" se han encendido. Os dejo. Estamos a punto de aterrizar. Felices visitas...

domingo, 13 de septiembre de 2015

Libro: Gestión Total de proyectos

A parte de la valoración de inmuebles hay un par de cosas que me interesan mucho y sobre las que intento mantenerme informado constantemente. Una son los gadgets (smartphones, tablets, GPS , etc., con sus respectivos programas y aplicaciones) y otra es la productividad personal. e este segundo interés me gustaría hablaros hoy.

Hace ya más de cinco años que asistí al curso de productividad personal que Berto Pena impartía en Ákoras, en Madrid. Fue mi primera toma de contacto seria con este mundillo y francamente, hoy en día no me explico cómo trabajaba antes de asimilar todas esas cosas que me enseñaron.

Saber sobre productividad personal es saber cómo trabajar. Uno puede saber mucho de análisis residual de valor, de finanzas o de construcción, pero se puede perfectamente no saber trabajar sabiendo todo lo anterior. Nadie nos enseña a trabajar bien. Suena duro, pero ¿no se debería empezar por ahí? Berto hace tiempo que se dio cuenta de esta realidad y desde entonces ha dedicado su vida profesional a este campo, asesorando principalmente a empresas para que mejoren su rendimiento. En su blog Thinkwasabi publica periódicamente consejos y recomendaciones que son francamente útiles, pero si uno quiere ir un poco más allá, puede acudir a sus libros que vende en el mismo blog.

Yo os vengo a hablar de uno de ellos: "Programa Avanzado de Gestión de Proyectos". En él, Berto nos cuenta cómo se debe abordar un proyecto profesional (ya sea la valoración de un activo, una tasación, la construcción de un edificio o la puesta en marcha de tu propio negocio) no solo para terminarlo, sino para hacerlo de forma excelente. Yo ya había leído el libro hará un par de años, pero con mi cambio de trabajo y aprovechando unas vacaciones que había por medio, me pareció adecuado echarle un ojo nuevamente (y acabé leyéndolo de principio a fin otra vez).

El libro es algo antiguo pero perfectamente válido. Como hemos comentado antes, no nos enseñan a trabajar. Aprendes en el día a día y lo haces a base de trompazos y disgustos. Ni que decir tiene el mal sabor de boca que se te queda cuando tienes que hacerlo con alguien que tampoco sabe trabajar. Descoordinaciones, desorden, desmotivación y todas las "des" que te puedas imaginar.

Para mí lo que da sentido a la vida profesional es un proyecto. Mejor dicho: completar proyectos. Ojalá que todos fuesen interesantes, pero los habrá más y menos motivadores. Profesionalmente se avanza cuando se cierra uno y comienza otro. Un proyecto puede ser desde elaborar un informe hasta el motivo de tu estancia en la empresa en la que trabajas (¿Te has preguntado por qué trabajas en esta empresa, en este sector? ¿O por qué eres autónomo? ¿Tiene sentido en tu plan de vida?). Sea cual sea el proyecto, siempre se van a repetir las siguientes fases:

1. Fase de análisis y preparación.

Lo primero de todo consiste en establecer cuáles son tos objetivos, cuál es la meta del proyecto. Qué queremos conseguir. Hay objetivos principales y secundarios. Berto nos habla de la importancia de definirlos de forma concisa y sin ambigüedades. Que no haya dudas para que cuando llegues allí sepas que lo has logrado.

Después viene el momento de definir las Motivaciones: qué vas a ganar tú. Qué te motiva o puede motivar para estar en este proyecto. Dónde está el reto. Es importante escribir en papel, blanco sobre negro, tanto los objetivos como las motivaciones, porque de vez en cuando, en los momentos difíciles (que los habrá), te preguntarás por qué estás en ese lío, y las respuestas son las que escribas ahora.

Por último debes definir los Medios y Herramientas para ejecutar el proyecto: desde la tecnología a las personas, pasando por fondos, presupuesto, recursos. Cómo y cuándo los voy a emplear. Esta es la fase (encuentro yo) más complicada porque supone dejar de fantasear y poner los pies en el suelo. Berto nos aclara que no tengamos miedo porque siempre podremos volver a pintarrajear en nuestro papel para hacer ajustes. Es prácticamente imposible acertar a la primera.

2. Planificación y organización.

¿Cómo te comes un elefante? Mordisco a mordisco, ¿no? Pues esto es igual. Nuestro proyecto hay que dividirlo en trocitos y decidir cuando hay que ejecutar cada uno de ellos. De esta forma es mucho más fácil percibir el avance. Además es más fácil "colocar" cada fase en el calendario y os aseguro que saber cuándo vas a hacer lo que tienes que hacer da una tranquilidad y control sobre tu trabajo que es alucinante.

3. Ejecución y seguimiento.

Una vez que tenemos el proyecto dividido en fases y agendado, toca definir las acciones diarias y semanales que vamos a tomar para asegurarnos que estamos avanzando. Las acciones diarias son las que nos hacen ejecutar cada momento, mientras que las semanales nos sirven para dar un paso atrás y tener una mejor perspectiva. También es necesario el repaso semanal, viendo lo que hemos hecho y en qué hemos fallado, pero también lo que hicimos bien, de forma que no nos martiricemos.

4. Problemas

Por último se hace referencia a los problemas que de seguro vamos a encontrar a lo largo de nuestro proyecto y cómo afrontarlos y evitarlos o disminuir su impacto sobre nuestra productividad.

El libro se lee muy fácilmente. Berto no quiere hacer perder el tiempo a sus lectores y va directamente al grano. Os lo recomiendo, así como que sigáis su blog. Puede darle una vuelta por completo a vuesatra forma de trabajar. Y quién sabe si de ser.

miércoles, 12 de agosto de 2015

CBRE

Hace un poco más de un mes os anunciaba que dejaba Tinsa Chile. Como os decía en ese post, Tinsa ha sido mi casa los últimos dos años y medio y creo que el trabajo que se ha realizado allí ha sido muy interesante. Al menos para mí lo ha sido. Eso sin contar los compañeros que dejo allí. De lo mejor.

Pero la vida son etapas, y cuando uno alcanza el final de una de ellas, lo mejor es mirarse al espejo, darse cuenta de su situación y tomar decisiones. A mí me llegó ese momento y además, me llegó la oportunidad de cambiar, y cuando todo coincide, por algo será.

Desde finales de julio de este año 2015 me incorporé a CBRE Chile. CBRE (Richard Ellis) es una multinacional americana con sede en Los Ángeles, California, que opera principalemnte en tres grandes áreas: Las Américas; Europa-Afríca y Asia. Aquí en Chile la empresa tiene varios pilares, pero entre sus principales actividades se encuentra la gestión de activos, la de propiedades, Brokerage (intermediación de compraventas), Capital Markets (Transacciones), Project Manager y Valuation & Advisory (valoración de activos y Estudios de Mercado).

Yo me incorporo a este último área, en la parte de valoración de propiedades inmobiliarias. Es decir: voy a seguir tasando, pero dejo un poco de lado el tema hipotecario para acercarme a la valoración de activos de cara al asesoramiento de negocios y la consultoría. El reto para mí es muy desafiante. El equipo al que pertenezco está prácticamente recién formado y nuestro trabajo no va a ser puramente técnico (realizar los informes) sino que todos vamos a tener que colaborar en temas de gestión (desde idear estrategias comerciales hasta procesos operativos). Es mucho trabajo, pero resulta interesantísimo, al menos para mí y el momento en el que estoy en mi carrera.

CBRE también está presente en España. De hecho, tiene una presencia muy potente. Además, está registrada como empresa homologada por Banco de España, Regulada y registrada por RICS y con expertos en Normativa Hypzert.

Nuevos tiempos. Os iré contando lo más interesante a través del blog, como siempre!

viernes, 17 de julio de 2015

IPMS. O cómo no es igual un metro cuadrado aquí y en Singapur.

"Size Does Matter"
Frase promocional del remake estadounidense de Godzilla (1998).

Te puede gustar o no, pero el mundo es global. Lo que pasa en Grecia afecta en Europa. Los inversores chinos están e todas partes. Algún tasador español se va a trabajar a Latinoamérica. Es imparable. Es inevitable.

El problema es que hemos estado separados tanto tiempo, aislados en nuestro mundo local, que hemos tendido a hacer las cosas cada uno a nuestra manera y por eso, ahora hablamos diferentes idiomas y trabajamos de distintas formas.

Yo lo pude comprobar cuando me tocó empezar a manejar superficies de edificios. En Chile, la "superficie útil" no se mide igual que en España, donde no hay "superficie de losa", aunque se parece a la "construida", y tampoco existe la "superficie construida con inclusión de elementos comunes". En definitiva, un mismo edificio puede medir dos cosas diferentes teniendo la misma superficie, dependiendo de cómo se mida.

Esto, claro está, generó varios disgustos cuando inversores extranjeros ponían un montón de dinero pensando que compraban una cosa y recibían otra.

En el World Bank, en Mayo de 2013, unas 56 asociaciones (en el documento indican 56, en la web ya dicen 66) (entre las que se encuentran la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), la Asociación Profesional de Sociedades de Valoración (ATASA) y el Fondo Monetario Internacional) relacionadas con el mundo inmobiliario acordaron atajar lo que se estaba convirtiendo en un problema. Se creó un Comité formado por personalidades del mundillo, la mayoría de ellos con la titulación de RICS, cuyo objetivo es generar unos estándares de medición de edificios que sean aceptados independientemente del país donde se apliquen.

Como resultado, en Noviembre de 2014 publicaron las IPMS (International Property Measurement Standards) que definen los tipos de superficie y procedimientos de medición para edificios de Oficinas en esta primera edición, a la que seguirán otros tipos de edificios más adelante. Las podéis bajar íntegramente de la web www.ipmsc.org pero si no os apetece traducir del inglés original, os hago un pequeño resumen:

En lo técnico, se establecen tres tipos de superficies:
- IPMS 1: define el área total hasta las caras externas de los paramentos verticales planta a planta, aplicable no sólo a edificios de oficinas, sino a cualquier tipo.
- IPMS 2 - Office: sólo para edificios de oficinas, establece el área hasta las caras internas de los paramentos verticales. Los estándares también definen lo que debe considerarse "paramento vertical dominante" como aquel que ocupa más del 50% de la superficie del mismo (así, en una cristalera de suelo a techo, se debe medir hasta la superficie interior del cristal y no hasta la arista que separa suelo y pared. También debe reportarse planta a planta.
- IPMS 3 - Office: también específica de edificios de oficinas, indica la superficie interior excluyendo "zonas comunes", como puedan ser vestíbulos, salas técnicas, cuartos de limpieza, etc. Se debe reportar planta a planta y ocupante por ocupante.

Y todo esto, ¿qué significa?


Pues todas las empresas consultoras inmobiliarias, especialmente las que gestionen clientes y operaciones a nivel internacional, van a tener que empezar a adoptar unos estándares que vienen apoyados y fomentados por RICS. Las empresas tasadoras en España han empezado a ver la necesidad de contar con miembros RICS entre su personal, y en la medida que los clientes de las mismas tengan que satisfacer los estándares internacionales, es lógico pensar que estas normas podrían llegar a imponerse como método habitual de medición.

Es decir, que es probable que los tasadores lleguen a necesitar entender bien estos términos porque puede que tengan que medir de acuerdo a ellos. Es importante que cuando un chino nos dice 10.000 m2, todos entendamos de lo que hablamos.

Nota 1: RICS (Royal Institution of Chartered Surveyors -www.rics.org-) es la entidad responsable de los estándares de valoración más internacionalmente aceptados. En realidad, establecen un código ético de conducta que deja la metodología de valoración a las Normas Internacionales de Valoración (IVS).

Nota 2: El IPMSC (el Comité que deinió las IPMS) ya tiene disponibles para consultas los estándares de Edificios Residenciales, por lo que aún no son normas oficiales. Próximamente os publicaré otro resumen al respecto.

sábado, 13 de junio de 2015

Nueva etapa

Éste ha sido mi escritorio los últimos dos años y medio
Es el cambio, el cambio continuo, el cambio inevitable, el factor dominante de la sociedad actual.
Isaac Asimov (1920-1992). Escritor y bioquímico estadounidense.

El cambio es la única cosa inmutable.
Arthur Schopenhauer (1788-1860). Filósofo alemán.

Así, como quien no quiere la cosa, llevo más de 11 años en el sector de las tasaciones. Los primeros años los recuerdo con nostalgia. Fueron años muy buenos. Luego vino una época más dura que me obligó a pensar diferente, a aceptar el cambio como una constante. He estado en terreno y en oficina, formando parte de un equipo y llevándolo, en el pupitre y en la pizarra, en el norte y en el sur.

Un amigo mío dice que la vida son etapas, y las etapas o las quemas tú o te queman a ti. De alguna manera, llevo un tiempo sintiendo que esta etapa se agotó para mí, que necesitaba moverme. Y os seré sincero: me ha costado saber hacia dónde. Menos mal que la gente que me rodea me conoce mejor que yo, me tienen paciencia y me guían mejor de lo que yo lo haría.

Hoy he apagado el ordenador de mi oficina como cualquier otro día, he recogido los pocos papeles que tenía por medio como cualquier otro día, he agarrado mi abrigo (aquí es invierno) como cualquier otro día. Pero hoy no es cualquier otro día. Hoy me he llevado algunas cosas que eran mías (mi querida taza entre ellas). Hoy me he despedido de mi equipo dando un abrazo a cada uno de ellos y agradeciéndoles la paciencia que han tenido conmigo. Me he despedido del resto de mis compañeros de la Mesa de Visado deseándoles lo mejor. He mandado mails a clientes para darles las gracias por toda la confianza que me dieron. Hoy ha sido mi último día en Tinsa Chile.

Mañana tomo un avión con mi familia para volar a mi querida España. Vacaciones merecidísimas. Desconexión total. Nada de ver el mail del trabajo aunque sea de vez en cuando. No. Todo familia, restaurantes nuevos por conocer, amigos, cafés, playa, libros, cine y alguna escapadita.

Y a la vuelta a Chile: nuevo proyecto. Nueva etapa. Ilusionante. Un nuevo cambio. El cambio constante. Con muchas ganas, pero después de las vacaciones. Como siempre, os iré contando. ¡Hasta entonces!

jueves, 4 de junio de 2015

Resultados de la encuesta sobre situación económica

Hace algunos días, a raíz de los datos de facturación publicados por las empresas tasadoras que conforman la AEV, que reflejaban un aumento del 10% respecto al año anterior, os pedía que votaráis en una mini encuesta para saber si el sentir general de la gente que estamos en este sector es que la cosa mejora, está igual, o va a peor.

En primer lugar, muchísimas gracias a los que votásteis. Os agradezco muchísimo vuestra participación. Ya sabéis que sois la base del blog. Para mí, además, la encuesta tenía doble importancia, ya que estando tan lejos, es difícil tener una percepción clara de la situación actual y me interesa mucho saber la opinión de mis colegas del ramo, o al menos, la sensación general que tenemos ahora por allí. 

Los resultados son muy interesantes. El 54% de los votantes considera que su situación económica es mejor que en el 2013 y 19% que continúa igual (es decir, que al menos, no empeora). Después de pasarlas canutas durante un tiempo, creo que es un dato muy positivo. Aunque también es verdad que es más fácil ganar más si ganas 100€ que si ganas 1000€. En cualquier caso, creo que se confirma la tendencia positiva. 

Por contra, el 27% considera que su situación económica es peor que en el 2013. Es más de un cuarto de los votantes. Aún demasiado elevado para levantar las campanas al vuelo. Queda claro que aún hace falta mucho esfuerzo para que nos vaya bien a todos.

Mucho ánimo

viernes, 15 de mayo de 2015

Detalles

Un detalle puede cambiar el significado de un contexto entero. Por un detalle se descubre al asesino de la película, o el color blanco pasa a ser "blanco roto" (según ellas). Los detalles son importantes. Como el que descubre Zachary Quinto en Margin Call, que hace que toda una empresa financiera tiemble durante una noche interminable.

No es que el sector inmobiliario vaya a temblar por un detalle, pero un negocio puede venirse abajo por uno de ellos. En cada tasación, o en cada análisis de un negocio inmobiliario, hay muchos detalles que estamos obligados a atender. Son esos detalles los que hacen que no haya dos tasaciones iguales.

En aquellos negocios inmobiliarios en los que aparecen más de un producto a vender, pero uno es predominantemente más abundante, por ejemplo, un edificio de viviendas con aparcamientos (estacionamientos) y trasteros (o bodegas aquí en Chile), el resto de productos pueden ser el detalle que hagan que la inversión sea rentable o no. Estos proyectos conllevan una inversión muy alta (coste de la construcción y otros gastos asociados) y la venta de las viviendas por sí mismas a veces tan solo supone la recuperación de la inversión, dejando el grueso de la rentabilidad en manos de los aparcamientos y trasteros. Vamos, que se empieza a ganar dinero cuando toda la vivienda está vendida y restan estas unidades "secundarias", por lo que asignarles el valor correcto pasa a ser una labor súmamente importante, ya que determina en gran medida la rentabilidad del negocio. Es en la venta de estas unidades que parecieran secundarias (aparcamientos y trasteros) donde está el beneficio de la operación, o al menos, donde ese beneficio puede potenciarse.

Una coma puede hacer que algo valga diez veces más o menos. Un detalle puede hacer que un terreno valga mucho o poco, como que se acceda por una calle en vez de por otra. Dos locales comerciales en la misma calle no valen lo mismo dependiendo de la acera en la que estén. Una ventana en una habitación puede determinar no sólo el precio de una vivienda, sino si es viable o no en el mercado. Obviar en el análisis que la casa tiene piscina puede llevarte a estar equivocando el mercado objetivo que tienes que analizar. Todo son casos reales que me he encontrado.

Ojo a los detalles. Son importantes.

P.D.: no os olvidéis de votar en la encuesta. ¡Gracias!

lunes, 27 de abril de 2015

Algo mejor (y encuesta)

Soy bastante reacio a comentar noticias sobre el estado de salud del sector inmobiliario desde que estalló la crisis. He notado que la mayoría de los blogs, periódicos, comentaristas, etc., adoptaron una postura en un momento dado y ya no varían su opinión independientemente de los datos que arroje el mercado. De hecho, el mismo dato sirve para argumentar una posición y la contraria, dependiendo de quién escriba. Un profesor de mercados que tuve decía que deberíamos querer ganar dinero, no tener la razón. Pero por lo general, nos cuesta reconocer que otras opciones son válidas. Este mismo profesor decía que nadie tiene la facultad de ver en el futuro, que no se puede saber lo que va a pasar, pero lo que sí podemos detectar son tendencias, definidas por la sucesión de datos.

Hace poco se publicaba (ver aquí y aquí) que las empresas tasadoras españolas han visto crecer su facturación un promedio del 10% en 2014. Por informaciones que yo tuve en su momento, después de 7 años de cuesta abajo, 2013 fue el primer ejercicio "plano" y 2014 supuso el primero de recuperación en las cifras de estas empresas. Ese es un dato bueno para el sector. Se mire por donde se mire. Quizá mañana haya una debacle, pero hoy, es un dato bueno que confirma una tendencia nueva y positiva.

Ranking AEV. Fuente: Observatorio Inmobiliario

Sé que facturar un 10% más no es tener un 10% más de beneficios, que al final es lo que cuenta (se puede facturar más y seguir en pérdidas), pero implica que hay más trabajo y que hay más actividad. Sigue siendo un dato bueno.

También sé que el que las empresas tasadoras facturen un 10% más no significa que los tasadores facturemos más, pero las tendencias siempre se confirman de más a menos, es decir, de lo macro a lo micro, o lo que es lo mismo, que la mejora va a tardar en llegar a nuestros bolsillos de tasadores (los proveedores de las empresas tasadoras), pero sin un dato así, no habría capacidad de mejora para nuestros bolsillos. Así que me atrevo a decir que hoy, después de mucho tiempo, y aunque queda mucho por delante, estamos algo mejor.

Sin embargo, lo que cuenta es vuestra opinión. Me gustaría invitaros a una encuesta y que me digáis vuestra opinión. ¿Creéis que estamos igual, mejor o peor que el de 2013, año en el que se supone que tocamos suelo? La encuesta la podéis encontrar arriba a la derecha, en la columna de gadgets. La dejaré ahí hasta el día 01/06/2015, cuando publicaré los resultados:



Así podremos ir confirmando o descartando tendencias Los resultados los publicaremos en el mes de junio ¡Espero vuestras respuestas!

lunes, 13 de abril de 2015

Automatiza tus rutinas. Autohotkey o equivalentes

Quizás te suene esta escena: llegas a tu oficina, enciendes tu ordenador y esperas a que se cargue. Mientras tanto, enciendes la cámara para descargar esas fotos que has hecho del proyecto que sigues, o conectas el teléfono o el navegador. Cuando el ordenador acaba de conectarse (si fuese un Mac hace rato estaría listo), abres el programa de gestión de tu empresa para empezar a introducir datos, o tu programa de facturación, o Autocad, o Word, o Excel o cualquier otro que utilices. Pasados 10 minutos, puedes comenzar a trabajar. 10 minutos al día. 50 a la semana. 200 al mes (3,33 horas), 40 horas al año (casi dos días al año esperando).

Muchos de los campos que llenas son repetitivos: tu DNI, tu nombre, el nombre del proyecto, el de los clientes... Utilizas las mismas expresiones una y otra vez. Todos los días. Tienes una carpeta con un documento que necesitas cada día. Necesitas cinco clicks para llegar al documento. Medio minuto cada vez. Al menos un par de veces al día.

Lo haces cada día. Todos los días... Y no te queda otra.

Pues si te queda otra.

Aunque yo no soy informático ni sé programar, un ordenador es algo que es absolutamente imprescindible hoy en día. O, en su defecto, una tablet. Es inevitable. Hay que lidiar con estos trastos nos gusten o no. Y aunque a ti no te gusten, a mí no me disgustan, lo que hace que pase horas "fuchicando", que diría un gallego, averiguando y descubriendo cosas interesantes.

Hay una serie de programas de ordenador que están pensados por seres inteligentes y que sirven para, precisamente, ahorrarnos todos esos minutos de pérdida de tiempo que se nos van cada día.

Yo para mi Portátil con Windows 8 utilizo Autohotkey. Es un pequeño programa que corre en segundo plano utilizando muy poca memoria RAM. Lo que hace es ejecutar un pequeño "script" (en cristiano: guión) que hace que al combinar ciertas teclas, ocurran cosas. El guión o "script" no es más que un documento de texto que sigue cierto orden: combinación de teclas::resultado (los dobles dos puntos no son un error de tipeo. Se deben poner al separar el Atajo del resultado).

Cualquiera puede programar el suyo propio. Si lo he hecho yo, es que cualquiera puede.

Hay varias cosas que yo he aprendido a hacer (Nota: te pongo los ejemplos para que los copies y los pegues en tu propio "Script":
 
Atajos de texto.
Por ejemplo, si escribo ",bdt" (tal cual sin las comillas, pero con la coma antes), el ordenador me escribe automáticamente "Blog de Tasadores". Prueba a hacer un atajo con tu nombre y verás la cantidad de tiempo que ahorras. O con tus direcciones de correo, o tu DNI. Yo, además tengo otros atajos:

::,cc::contrato de construcción
::,cc+::contrato de construcción a suma alzada
::,mres::método residual
::,bd::Buenos días
::,bye::Gracias y un saludo
Etc, etc.

La sintaxis es bien fácil: Los primeros dobles dos puntos (::) indican que el resultado será un texto a remplazar, luego viene la combinación en sí, otros dobles dos puntos (::) que indican el comienzo de la acción y finalmente el texto que remplazará al Atajo. Son textos que utilizo cotidianamente (La coma la pongo antes del Atajo y pegado, sin espacio, porque al escribir, después de la coma va siempre un espacio, de forma que no es probable que me coincida la escritura).
 
Ejecución de programas.
Utilizar el teclado es mucho más rápido que utilizar el ratón, arrastrándolo en el mar de iconos de tu escritorio hasta encontrar el adecuado y haciendo después "click click". Es más rápido presionar dos o tres teclas a la vez y que se te abra tu programa. Si yo presiono ctrl+windows+w se me abre Wunderlist. Ctrl+windows+e me abre Evernote. Puedes configurar Atajos para Autocad, para Excel, Paint, Photoshop o cualquier otro (o un archivo en concreto). Incluso para el programa con el que realizas las tasaciones, ahorrandote a diario un montón de tiempo de arrastre del ratón y doble click. Como inconveniente tiene, quizá, que si configuras varios Atajos, te cuesta un poco memorizarlos, pero una vez que lo has hecho, todo es más rápido y finalmente los iconos del escritorio sólo te estorban. Yo de hecho, no tengo iconos de los programas que más utilizo. La fórmula para crear un Atajo para ejecutar un programa es igual a la de los Atajos de texto, pero después de la combinación de teclas, debes escribir "Run" y la ruta hasta el archivo ejecutable que abre el programa. Sobran los dobles dos puntos (::) iniciales porque no se remplazará texto. Por ejemplo, para abrir Evernote, en mi "Script" incorporé:

^#e::Run C:\Program Files (x86)\Evernote\Evernote\evernote.exe

Los dobles dos puntos (::) separan, como comenté arriba, el Atajo (^#e, donde el primer caracter indica la tecla Control, el segundo la tecla Windows y el tercero, la letra "e") de la ruta al ejecutable. Si no sabes con exactitud la ruta del ejecutable, vete al icono del programa en tu escritorio y pincha con el botón derecho del ratón, marca "Propiedades" y en la pestaña "Acceso Directo", tienes la ruta.
 
Apertura de carpetas.
Igual que ejecutas un programa, puedes abrir una determinada carpeta que utilices habitualmente. Yo lo encuentro muy útil para abrir la carpeta de Dropbox por ejemplo, o la carpeta donde tengo los archivos de la oficina, que la abro todos los días. La sintaxis de la orden es la misma que para ejecutar el programa, pero en vez de la ruta del ejecutable, deja la ruta de la carpeta. En el ejemplo anterior, si escribes ^#e::Run C:\Program Files (x86)\Evernote\Evernote\ (sin el evernote.exe), en vez de ejecutar Evernote, te abrirá la carpeta donde está guardado el exe de Evernote.

Abrir páginas web.
Seguro que hay páginas web que utilizas recurrentemente. Yo utilizo el correo de Gmail, el de Yahoo, el Google Calendar y por supuesto, la web del blog. Define una combinación de teclas y en vez de la ruta al ejecutable o de la carpeta, pon la dirección de la web detrás del "Run". Presionando Control+Windows+b abro la web en el navegador:

^#b::Run http://blogdetasadores.blogspot.com/

Nota: la dirección que pongas, la abre en el navegador que tengas definido por defecto.

Algunas curiosidades.
Indagando por la red, he copiado (yo no hubiese sabido programar algo así) alguna orden que me resulta muy útil:

:*:,hoy::  ; Remplaza ",hoy" por la fecha con el siguiente formato: FormatTime, CurrentDateTime,, d/M/yyyy  ; Aparece algo como 1/9/2005.

Esta orden (un poco más compleja) abre Google y busca lo que esté pegado en el Portapapeles:

^#2::
Send ^c
Run http://www.google.com/search?q=%Clipboard%
Return

Combinación de órdenes
Fíjate en la última instrucción que te puse como ejemplo en el anterior apartado. Primero va el atajo, luego una primera orden (Send ^c), después la orden que abre Google en el navegador y finalmente cierra la palabra "Return". En realidad es una combinación de varias órdenes. Entre el atajo y la palabra "Return" puedes poner tantas órdenes como quieras. Esto es fantástico si estás involucrado en un proyecto que requiere siempre las mimas aplicaciones / carpetas / textos. Puedes diseñar un guión específico para ese proyecto e incluir órdenes que abran varias carpetas. Por ejemplo:

^#j::
Run C:\Program Files (x86)\Excel\Excel 01.xlsx
Run https://www.linkedin.com/uas/login
Run https://mail.google.com/mail/?source=navclient-ff#inbox
Run C:\Program Files (x86)\Evernote\Evernote\evernote.exe
Run C:\Users\User\Dropbox\
Return

Esta combinción hace que presionando Control+Windows+j se abran automáticamente el Archivo Excel 01.xlsx, Linkedin en el navegador, Gmail, Evernote y la carpeta Dropbox. Tres Teclas una vez realizan cinco acciones. ¿Ves ahora el potencial?

¿Y si tengo Mac?
Pues a lo mejor no tienes Autohoykey en Mac, pero tienes seguro varios programas equivalentes. Textexpander o Actions son algunos de ellos. Quizá te lleve algún tiempo programar los "Scripts" equivalentes, pero el tiempo empleado se recupera con creces, como has visto. Te dejo otras opciones en http://alternativeto.net/software/autohotkey/?platform=mac.

miércoles, 8 de abril de 2015

Vuelta a las Aulas


Ayer volví a dar clase después de varios años de ausencia en la palestra. Fue en el Instituto Inmobiliario de Chile (www.iich.cl) y sobre el método residual en la valorización de terrenos.

No os imagináis cómo lo echaba de menos. Intuyo que la docencia es una vocación personal. Preparar las clases, ensayarlas, investigar, corregir, volver a ensayar... Todo lleva mucho tiempo, tiempo que tengo que quitar a mi familia y a mi tiempo libre, pero se paga con creces cuando en la cara de algún alumno, se dibuja la expresión de "ahora lo entendí".

Si habéis visto la película "Lucy", dirigida por Luc Besson, recordareis la respuesta que le da Morgan Freeman a Scarlett Johansson cuando ella le pregunta sobre el sentido de poseer conocimiento y él responde "Transmitirlo". No puedo estar más de acuerdo. Algunas de las personas más memorables que recuerdo son profesores. Recuerdo a mi profesor de matemáticas de séptimo de EGB, a mi profesor de filosofía de COU, al de lenguaje de sexto, a Berto Pena (www.thinkwasabi.com) que me enseñó Productividad Personal, a mi profe de finanzas del MBA, a Richard Vaughan... Todos profesores, todos impactando profundamente, animándome a aprender más allá de sus materias, a profundizar en el conocimiento y a darme cuenta de lo mucho que queda por aprenedrer.

Tengo claro que aquí en Latino América o allí en Europa, o donde esté mi siguiente destino, dar clases será una parte de mi vida profesional.

lunes, 5 de enero de 2015

Feliz 2015

Se acaba el 2014. Para mí, el segundo año en Chile. Dos años dirigiendo equipos y aprendiendo sobre el mercado inmobiliario aquí, en América del Sur. Dos años en los que he podido dedicar al blog no tanto tiempo como hubiese deseado. Aún así, ahí estáis vosotros, respondiendo con vuestras visitas y consultas a cada entrada que se publica. Os lo agradezco mucho. Aunque el tiempo sea escaso, las ganas siguen siendo muchas.


Este artículo es una decláracion de intenciones.

Seguro que estáis haciendo un montón de propósitos para el 2015. Yo también, en lo que se refiere al blog. Llevo tiempo pensando que es una herramienta a la que no le saco suficiente provecho, que podría ser mucho más. Los artículos que se van publicando pueden ser más o menos interesantes, pero no dejo de preguntarme si os sirven o no. O si os podían servir mucho más. Por ello, quiero hacer varias cosas. La mayoría no sé bien cómo, pero ya lo averiguaré.

Quiero hacer una comunidad. Quiero que participéis en el blog. No exclusivamente a base de comentarios, sino también sugiriendo temas o incluso, escribiendo artículos. La idea es que compartamos la experiencia, ya sea los que estáis en España o en otras partes del mundo, porque hay lectores desde Rusia hasta Canadá, pasando por media América Latina. Y en cada sitio la valoración de propiedades es diferente, así que vuestras experiencias deben ser diferentes. Compartámoslas. Sigo dándole vueltas a como hacerlo, a cual es la mejor forma. Cuando lo tenga resuelto, os avisaré.

Otra cosa que quiero es publicar más contenido que podáis utilizar, tanto si sois profesionales de la valoración o inmobiliarios como si solo tenéis curiosidad. Que os sirva en el día a día. Que podáis aprovechar.

Llevamos ya unos cuantos años de blog, pero quiero que deje de ser un medio para contar historias y pase a ser un medio que cree historias. No sé bien cómo hacerlo, porque no tengo tiempo y no tengo conocimientos suficientes para desarrollar un blog al nivel que quiero, pero tengo que intentarlo. Espero que sigáis ahí detrás para verlo crecer. Eso quiero para el blog en el 2015.

Gracias a todos y feliz año.