No. Ya no más Apps. Tranquilos, no hace falta que instaléis más programas en vuestros ordenadores o smartphones. Pero antes de dar por cerrada la serie, sí me gustaría enumerar una serie de aclaraciones que complementen lo escrito hasta ahora. Para que no digáis que no lo dije o cualquier cosa. Ahí van:
Todas las herramientas que te he dado en esta serie las he utilizado, las utilizo y presumiblemente las usaré en mi trabajo diario valorizando propiedades inmuebles de todo tipo en España y en Latinoamérica. Para mí son útiles en mi ambición de hacer que mi trabajo sea de la mayor calidad posible y de que se me perciba como un buen profesional. De lo contrario, no te recomendaría ninguna de ellas.
Hay millones de aplicaciones accesibles por ahí que prometen el oro y el moro a la hora de mejorar tu productividad personal. También hay cientos de libros de autoprocalmados gurús que te prometen mejoras espectaculares siguiendo tal o cual método (GTD, pomodoro...). Yo no sigo modas ni métodos. Tengo hábitos. Y aunque pruebo muchas aplicaciones, lo cierto es que he notado que sólo necesito dos o tres que centralicen todos mis esfuerzos (por eso hablo de "cuaderno", de "lista de tareas" o de "almacén virtual"). Adicionalmente te comento en concreto la aplicación que yo uso ("Writemonkey", "Wunderlist", "Evernote"). Elije la que más te guste y ponte a trabajar.
Siguiendo con lo anterior, ninguna de esas aplicaciones hará el trabajo por ti. Es como pretender que el lápiz escriba solo porque es el mejor lápiz que existe. No va a escribir solo, sino porque tú lo usas.
De la misma manera, las herramientas aconsejadas, o cualquier otra, no sirven de nada si no se usan y dicho uso requiere un hábito. Los hábitos sólo se consiguen con mucho tiempo (meses y años) de hacer pruebas, de esforzarte a empezar de nuevo cuando se rompe el hábito o de llevar rutinas que otros consideran grotescas, absurdas o delirantes. Por "otros" me refiero a gente bastante cercana a ti (familia, amigos y compañeros de trabajo), no cualquiera que pase por la calle que sea fácil de ignorar, sino personas que te importan a las que es muy dificil explicarles por qué haces lo que haces. Me han llamado friki, se han reido de mí y me han tomado el pelo (y siguen haciéndolo), pero yo he seguido con mis rarezas porque siento que tengo mayor control sobre lo que hago. Cuando empieces con todo esto, no te va a quedar otra que envainártela. Y seguir queriéndoles mucho a pesar de que te pinchen.
La formación de hábitos lleva, desde mi punto de vista, a cadenas de hábitos (un hábito da lugar a otro) o sistemas. Tengo un sistema para escribir posts, uno para redactar informes, uno para guardar información que sea accesible cuando la necesito, etc. No busqué crear esos sistemas, simplemente me di cuenta de que los tenía. Los sistemas tardan aún más que los propios hábitos en formarse y por lo general, van siendo modificados con el uso y el tiempo. Lo que quiero decir aquí es que si hubiese escrito esta serie hace cinco años, te hubiese hablado de otras herramientas y que si lo vuelvo a escribir dentro de cinco años más, seguramente no serán las mismas. Tú tienes que definir las tuyas en función de tus necesidades en el momento presente.
Dado que los hábitos y los sistemas van evolucionando, es absurdo encorsetarse con ninguna de estas herramientas. Mañana pueden cambiar tus necesidades y por lo tanto necesitarás otra herramienta distinta o quizá dejarás de necesitar tantas.
No me llevo comisión de ninguna de las aplicaciones que recomiendo. Esto, lejos de ser un "disclaimer", es una queja contra la industria. Ojalá me pagaran. Si esto llegara a suceder, la primera frase de ese post en particular lo anunciaría, para que no nos llevemos a engaños.
Al igual que de vez en cuando recomiendo algún libro que me ha gustado porque su contenido me parece que tiene cabida en la temática del blog, pienso seguir escribiendo sobre este tipo de cosas en el blog siempre que las encuentre útiles para nuestra profesión, porque me gusta y porque me apetece. Y porque creo que es útil.
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