lunes, 5 de julio de 2010

Vietnam, o lo que hay por el mundo


Los que lleváis algún tiempo leyendo el blog ya sabéis que, de vez en cuando, me gusta compartir con vosotros las reflexiones que saco después de hacer algún viaje. Acabo de volver de Vietnam y Camboya y no me resisto a no volver a hacerlo.

Viajar a Vietnam, para los que no lo conozcáis, es como viajar a otro planeta. Lo primero que te llama la atención es cómo vive esa gente. No tiene nada que ver con la manera occidental. Se pueden encontrar diferencias entre un español y un inglés o entre un alemán y un francés, pero comparar occidente y el sudeste asiático es como comparar un huevo y una castaña. ¿Sabéis por qué los latinos tiramos colillas y papeles al suelo de la calle y los sajones no? Por como entendemos unos y otros la propiedad de la calle. Mientras nosotros pensamos que la calle no es de nadie, los sajones piensan que es de todos. Pues en Vietnam esto se puede ver perfectamente. La calle pertenece a las motos y a los coches. Los peatones no tienen prácticamente ningún derecho y molestan. Las aceras se utilizan para aparcar los millones de motos que circulan por sus ciudades, plantar tenderetes de todo tipo (desde talleres ambulantes a cocinillas para preparar brochetas de patas de pollo) o montar terrazas improvisadas para los bares a base de miles de taburetillos de plástico. Y esas diferencias de cómo entender las cosas también se reflejan en su urbanismo o en cómo entienden ellos la propiedad privada.

Os confieso que no me he preparado demasiado el post. Lo único que sé del sistema político vietnamita es lo que he leído en las guías de viaje y lo que me han contado los lugareños de alguna de la excursiones a las que nos hemos apuntado. Tampoco pretendo yo dar lecciones sobre economía vietnamita, pero merece la pena contaros un par de cosas en las que me he fijado:
  1. Vietnam es un régimen comunista con una economía capitalista plenamente operativa. No sé cómo se comen eso. Y los vietnamitas tampoco lo saben. Mientras las generaciones más mayores siguen con el mantra del socialismo estalinista implantado por Ho Chi Minh, los más jóvenes sienten mucha atracción por el modo de vida de occidente. Existe la propiedad privada, pero no sé hasta qué punto se les permite tener una casa, por ejemplo. Sospecho que el suelo es del estado, pero no sé cómo se les cede a los ciudadanos. Lo que sí sé es que no existe ningún tipo de regulación urbanística. Ves torres de siete plantas al lado de locales de 2 , con retranqueos y todo tipo de cubiertas y materiales. Sé que existe un impuesto especial si quieres hacerte una casa con la fachada de más de 5 metros, creo, por lo que abundan "casas tubo", con poca fachada y gran profundidad. No tengo ni idea de lo que vale una casa en Vietnam.
  2. No entienden bien cómo funciona el mercado libre. Normalmente las tiendas no compiten entre ellas. Todo lo contrario. Si te vas a comprar unas zapatillas en una tienda y pides el 43 y no lo tienen, te dicen que esperes, que te lo traen. En vez de ir al almacén, van a pedirlo a la tienda de al lado. Si no tienen cambio, se prestan el dinero con los que se suponen son competidores, y para terminar, no estudian los precios de otras tiendas. Para que veáis: por curiosidad entré a preguntar el precio de un iPad en una tienda. 930$. Se quedó el tío tan pancho. en la tienda de al lado (no en otra ciudad, ni en otro barrio ni en otra calle. En la de al lado) me lo vendían por 600$ (no lo compré, por si os interesaba).
  3. Existen dos mercados diferentes, uno para vietnamitas y otro para extranjeros. Abusan de los extranjeros de forma escandalosa. El regateo es obligatorio o te están tomando el pelo. Se puede pagar en dólares o en dongs (la moneda oficial vietnamita). Evidentemente, te aplican el cambio que les dé la gana, así que dependiendo de cómo hayas cambiado tú, te interesa pagar en una u otra moneda.
  4. Tienen una libertad vigilada muy chunga (si me lo permitís), me pareció a mí. Un detalle: un vietnamita es libre de abandonar el país previo pago de una fianza de 700$. Es una cantidad absolutamente imposible de conseguir para un vietnamita de clase media-alta. Ellos consideran un buen salario unos 250 - 300$ al mes. Haced las cuentas.
Lo que si os digo es que el viaje es inolvidable. La gente es muy sencilla y amable y están volcados con el turismo, una de las principales fuentes de ingresos, junto al arroz, del país. Hay lugares preciosos y sitios que parecen mágicos. Hay que quiterse de encima las imágenes que nos venden las películas de guerra y atreverse con la realidad. Y merece mucho la pena, las 15 horas de vuelo y los 40 grados de temperatura con una humedad del 85%. Si estáis pensando en ir, hacedlo. Si no, pensadlo.

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