lunes, 11 de octubre de 2010

El valor de la Primera División

Parece mentira el impacto económico de ciertos eventos ennuestra sociedad de hoy. El otro día me invitaron a ir a Balaídos, el campo de fútbol del Real Club Celta de Vigo, que para los que no lo sepan, milita en la segunda división de la Liga de Fútbol de España. Fui acompañado por un auténtico forofo que sufrió un montón viendo como su equipo conseguía vencer al Nastic de Tarragona por un escaso 1-0. Los últimos minutos de partido creía que se moría, el pobre. Pero ganó el Celta, y eso supuso una alegría para todo el campo. Si me apuráis, una alegría para toda la ciudad.

Para nosotros, el partido comenzó bastante antes de que el árbitro pitara para poder poner el balón en movimiento. Unas dor horas antes, para ser exacto, en un bar situado en frente a dicho estadio. Dos horas de cervezas y tapas y de muchas risotadas y fanfarronerías típicas del fiel hincha. A la salida, me dijeron que se notaba que el equipo de la ciudad gallega estaba volviendo a ganar, porque la gente acudía mucho más al campo. Me dijeron que el campo (caben unas 30.000 persona aproximadamente) estaba precioso las temporadas que el Celta jugaba en primera. Y era fantástico cuando jugaron la Champions League europea. Ingleses, escoceses, alemanes... Llegaban y arrasaban con las existencias de cerveza de los bares de la ciudad. Dinero que traían de otros países para dejarlo en Vigo. En los bares de Vigo, principalemnte. Bares que están en locales cercanos al campo. Y no tan cercanos. Creo que podéis empezar a intuir por dónde vanlos tiros, ¿no?

Para una ciudad, tener un equipo deportivo profesional en una liga puntera es una bendición económica. Si vivís en Madrid, como es mi caso, pasaos a cualquier hora del día por Santiago Bernabéu. Siempre hay alguien haciéndose una foto con el campo detrás. Un campo emblemático significa que la gente va a verlo. Afluencia de gente implica valor a los locales comerciales. Por lo tanto, un equipo en Primera División aumenta el valor de los locales comerciales.

Y es una diferencia de valor contante y sonante. Podríamos medirla por los ingresos de estos locales y estos comercios. Sin duda los aficionados lamentan que su equipo pierda la categoría, pero seguro que al dueño del negocio le aprieta la camisa un poco cuando el equipo que juega en el campo de enfrente coquetea con los puestos de cola.

Ni que decir tiene a los que están cerca de un campo cuya ubicación ha decidido cambiar la Directiva de turno del Club (véase el caso del Vicente Calderón del Atlético de Madrid, o el comentado, aunque poco probable, nuevo estadio del Real Madrid en Valdebebas, en sustitución del Santiago Bernabéu).

Así, no sería de extrañar que al analizar el entorno en un informe de tasación de un local comercial, habláramos de la situación deportiva de la ciudad, porque si tenemos que predecir valores sostenibles en el tiempo, tendremos que considerar estas cosas. Si el equipo de la ciudad en la que tasáis o en la que tengáis pensado adquirir un local está al final de la tabla de la Liga, pensadlo dos veces.

1 comentario:

  1. JA¡ Por eso yo voy con un puesto ambulante, de esos que llevan ruedas ejjeje.

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