Cómo notan las sociedades de tasación la crisis

Ya hace mucho que la crisis se nos echó encima y lo que voy a contar ahora no va a sorprender a nadie, pero si era necesario dejar pasar cierto tiempo para constatar que la recesión se ha notado en varios aspectos dentro del funcionamiento de las empresas dedicadas a las tasaciones inmobiliarias. Algunos de esos efectos eran de cajón, como la bajada en la acturación (supongo que por eso lo llamarán crisis), pero hay otros más pequeños que parecen irrelevantes, pero no lo son tanto, y sirven para hacer una radiografía de cómo afecta la actual situación económica al sector y sus profesionales. Éstos son algunos de los efectos que se vienen notando:

1. Facturación. Como decíamos antes, era de cajón. Las empresas tasadoras han visto mermar sus beneficios dramáticamente y los ajustes de gastos (y personal en algunas de ellas) han llegado como a cualquier otras empresas. Por cierto, que han dejado de publicar rankings de facturación entre las empresas. Si introducís en Google ranking facturación sociedades de tasación españa el resultado que os da os lleva a esta web de Valmesa de 2004. He encontrado algún resultado más de Euroval de 2004 también pero nada más actual, aunque no he mirado demasiado, la verdad.
2. Menor número de encargos, resultado del cierre del grifo del crédito hipotecario, hasta que los bancos tengan a bien volver a aceptar inmuebles como garantía. Este punto va íntimamente ligado con el anterior.
3. Se han multiplucado las daciones en pago y las recuperaciones de inmuebles. Consecuencia de la imposibilidad de los hipotecados de pagar sus cuotas. Ya hemos hablado muchas veces de ello en el blog.
4. Aumento de los controles de calidad. Al tener más tiempo disponible por tener que revisar menos tasaciones, los departamentos técnicos de las empresas tasadoras han aumentado, rediseñado y perfeccionado los procedimientos de control y calidad. Las prisas y la falta de tiempo anteriores no permitían centrarse en detalles que por entonces resultaban de poca importancia, pero ahora ya no lo son tanto, sobre todo en un sector que vive en el punto de mira por los excesos del pasado.
5. Se reciben más currículos que antes. Muchos arquitectos y aparejadores que antes no estaban interesados en este campo, ante la falta de trabajo en la construcción, se han lanzado a las tasadoras como si todo el monte fuera orégano. Desgraciadamente ya no queda orégano, como ya vimos hace tiempo en el blog.
6. Más visitas a las oficinas. Según nos chivan nuestros espías (ya sabéis que tenemos una red de espías por las distintas sociedades de tasación) cada vez son más los técnicos que se acercan a las oficinas de estas empresas. Antes el trabajo era prácticamente a distancia. Está claro que ante la necesidad de trabajar, una visita cara a cara es mucho más efectiva.
7. Se multiplican los comunicados e instrucciones del BDE. El órgano regulador de la actividad a la que nos dedicamos también se ha visto afectado. Mucho. Hubo una época que no dejaba de emitir comunicados para dictaminar una cosa y luego desdecirse. En el blog tratamos el tema en su momento.

Seguro que hay muchos más efectos, pero estos son los más significativos. Si echáis en falta alguno, ya sabéis. Comentad.